La pandemia nos trajo muchas cosas, y ninguna de ellas buena, entre ellas una crisis de suministros sin precedentes. La parada en seco de la industria como consecuencia de los confinamientos y la posterior explosión de demanda nos trajo una escasez que no solo afectaba a los móviles y otros gadgets, sino también a la fabricación de coches y cualquier otro objeto que se nos ocurra pueda contar con un procesador. Y ahora nos podríamos encontrar en otro problema similar, aunque algo más limitado a un tipo de procesador, como son las GPU, que no son otros que los chips gráficos que mueven la carga visual de multitud de dispositivos en el mercado. Y todo ello curiosamente como consecuencia de ChatGPT y sus alternativas.
¿Cómo puede afectar una IA a esto?
Pues es lo que hemos conocido ahora, que el auge de las inteligencias artificiales de uso masivo, como puede ser ChatGPT, podrían causar de nuevo una gran escasez de GPU en este caso, los chips gráficos. Y precisamente la explicación es muy gráfica, ya que, según estas informaciones, OpenAI utiliza nada menos que 10.000 GPUs de Nvidia para entrenar a ChatGPT, algo que es sencillamente una barbaridad. Estos mismos informes apuntan a que Google necesitará nada menos que 4.102.568 GPUs para poder alimentar a su inteligencia artificial, lo que se traduciría en una inversión de más de 100.000 millones de dólares.
Y lógicamente, con esa friolera de unidades acaparadas por las grandes tecnológicas para meternos de lleno en la IA, es evidente que las escasez de estos componentes puede ser importante en los próximos meses. Ya en los últimos años hemos visto un aumento considerable del precio de las tarjetas gráficas, como consecuencia de la minería masiva de criptomonedas. Pues bien, esto mismo es lo que podría ocurrir antes de lo que imaginamos con la alta demanda de ellas que necesitará la IA.
Y esto a su vez obligaría a Nvidia a volcar su producción casi en exclusiva a la IA, lo que dejaría a su vez un gran hueco en el mercado para AMD, su competidora, que podría ganar aún más presencia en el mercado de videojuegos. Lo que es evidente es que si la práctica totalidad del stock de GPU se va a las IA y caen en manos de las grandes tecnológicas que no dudan en sacar el talonario cuando es necesario, lo más probable es que veamos cómo el precio general de estos componentes se dispara. Algo que afectaría a la práctica totalidad de los dispositivos que nos rodean, como smartphones, tabletas, ordenadores de sobremesa o portátiles, que podrían aumentar sus precios precisamente por esta escasez de GPU.
Así que una vez más parece que estamos en un escenario en el que la escasez de recursos está servida en lo que a GPU se refiere, al menos en el corto plazo. Así que, si estás pensando en comprarte una tarjeta gráfica, o dispositivo con ella, no lo demores mucho, porque el precio podría aumentar y mucho, si es que no escasean directamente estos dispositivos.