Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, se encuentra en el ojo del huracán tras revelarse que su herramienta de suscripción paga en Instagram ha sido utilizada para facilitar la explotación infantil. A pesar de múltiples advertencias por parte de los empleados de seguridad de la plataforma, la función de suscripción pagada ha sido mal utilizada, permitiendo a adultos lucrarse con contenido relacionado con menores de edad.
Según informes de The Wall Street Journal, equipos internos de Meta, incluidos los especializados en seguridad, alertaron durante el año pasado sobre el abuso de las nuevas herramientas de suscripción pagada en ambas plataformas. Cientos de cuentas, mayoritariamente administradas por padres, empleaban la función de suscripción para comercializar contenido exclusivo.
Contenido inapropiado y explotación
El contenido publicado a través de estas suscripciones a menudo presentaba a jóvenes usando bikinis y leotardos, dirigido a una audiencia mayoritariamente masculina con interés sexual explícito en los menores. Además, se descubrió que los usuarios intercambiaban comentarios inapropiados con los padres de los niños, aprovechando momentos específicos para aumentar la comunicación.
Las investigaciones internas revelaron que la implementación de la característica de suscripción se hizo sin incluir las protecciones básicas necesarias para salvaguardar la seguridad de los niños. Aunque las imágenes no infringían directamente la ley, algunos padres eran plenamente conscientes de que su contenido satisfacía inclinaciones sexuales de otros adultos.
En casos extremos, los padres participaban en conversaciones de índole sexual referentes a sus propios hijos, o alentaban a las niñas a interactuar con mensajes de contenido sexual enviados por suscriptores.
Las suscripciones pagadas y la falta de protección
El lanzamiento de servicios de propinas y suscripciones pagadas por parte de Meta formó parte de un esfuerzo mayor por ofrecer incentivos financieros a los influencers y generar contenido en sus plataformas. Aunque se requería que las cuentas estuvieran registradas a nombre de adultos, la plataforma permitía que estos gestionaran cuentas en representación de menores, facilitando así la captación de la atención de adultos con intenciones inapropiadas.
La situación ganó visibilidad cuando Sarah Adams, una madre y activista canadiense, alertó sobre un grupo de cuentas en Instagram dedicadas a la venta de fotografías de adolescentes y preadolescentes en bikini. Las investigaciones posteriores confirmaron la promoción activa de este contenido hacia usuarios identificados como sospechosos de mantener conductas inadecuadas en línea con menores.
Demandas legales y debate sobre la responsabilidad
Recientemente, fiscales generales de 33 estados de Estados Unidos presentaron una demanda legal contra Meta, acusándola de atraer a los jóvenes a sus plataformas mientras oculta datos de seguridad internos que evidencian riesgos para los usuarios.
Estos casos han desencadenado un debate sobre la responsabilidad de las plataformas digitales en la protección de los menores de edad. Además, han resaltado la necesidad urgente de un marco regulatorio más estricto que garantice la seguridad infantil en el entorno digital. La situación también subraya la imperiosa necesidad de que empresas como Meta implementen medidas de seguridad efectivas para prevenir la explotación y el abuso de menores en Internet, siendo un llamado de atención para la industria tecnológica en su conjunto.
