La startup Embodied, conocida por su robot de apoyo emocional Moxie, anunció su cierre y el bloqueo inminente de los dispositivos debido a la dependencia de servidores en la nube, dejando a los usuarios sin una solución funcional. Sin embargo, tras la reacción negativa de los clientes, la empresa busca una opción para prolongar la vida útil de los robots mediante un enfoque de código abierto.
Una segunda vida para Moxie
El director ejecutivo, Paolo Pirjanian, informó que exmiembros del equipo técnico de Embodied trabajan en el desarrollo de OpenMoxie, una aplicación de servidor local que permitirá mantener funciones básicas, agregar características y personalizar el robot sin necesidad de los servidores de la empresa. Además, se liberarán el código y la documentación para desarrolladores interesados en expandir las capacidades del robot.
Mientras tanto, Embodied ha lanzado una actualización inalámbrica (OTA) para hacer que los Moxies existentes sean compatibles con OpenMoxie. Los usuarios deben conectar los robots a Wi-Fi y dejarlos encendidos por al menos una hora para completar el proceso. La empresa enfatizó la importancia de realizar esta actualización antes de que los servidores dejen de funcionar, aunque no se ha especificado una fecha exacta para su cierre.
Incertidumbre y desafíos
Aunque la propuesta de OpenMoxie es un alivio parcial, todavía no tiene una fecha de lanzamiento ni garantía de concretarse. Además, Embodied no brindará soporte técnico a los usuarios durante la transición, lo que podría ser un desafío para quienes no tengan experiencia técnica.
Impacto en los clientes
El cierre de Moxie ha generado descontento, especialmente porque la mayoría de los usuarios no recibirán reembolsos, salvo aquellos que compraron el robot dentro de los 30 días previos al anuncio. El precio de $800 hace que esta situación sea más frustrante para los padres que adquirieron el robot como una herramienta de apoyo emocional para sus hijos. Aunque Embodied muestra más disposición que otras empresas al buscar una solución parcial, la falta de una estrategia clara y definitiva deja a los clientes en una posición difícil. Este caso pone de relieve una tendencia preocupante en la industria tecnológica: el abandono de productos después de su venta, dejando a los usuarios sin opciones viables y creando desconfianza en las marcas.