La inteligencia artificial de OpenAI está cambiando radicalmente. Con su nueva función de memoria, ChatGPT ya no será solo una herramienta puntual que se consulta y se olvida, sino un acompañante digital que recuerda todo lo que le decimos y construye una relación continua con cada usuario.
La actualización, anunciada de forma informal por Sam Altman, permitirá que ChatGPT recuerde nuestras conversaciones pasadas, gustos, hábitos e incluso proyectos personales. Ya no será necesario repetir nuestras preferencias o explicar el contexto cada vez: esta IA comenzará a conocernos mejor que muchas personas cercanas.
La memoria le permitirá, por ejemplo, recordar alergias, estilos de explicación favoritos o detalles de nuestras metas a largo plazo. Esto representa una personalización sin precedentes, pero también genera debates sobre privacidad, dependencia y la tentación de sustituir relaciones humanas por interacciones más cómodas y predecibles con la IA.
Aunque la función puede desactivarse, OpenAI reconoce que hacerlo limita parte de su potencial. Y es que ChatGPT está dejando de ser una herramienta neutral: ahora evoluciona, nos acompaña y aprende con nosotros. Una nueva categoría de software ha nacido, y con ella, una forma distinta de relacionarnos con la tecnología.