En lugar del frontal completamente negro que le daba aspecto de astronauta, ahora Asimo luce dos grandes ojos negros y una muesca que parece una sonrisa permanente. Los cambios más importantes, no obstante, están en su interior. El robot ahora es capaz de distinguir entre varias personas por su cara y su voz, incluso aunque estén hablando todas a la vez.
También es capaz de predecir hasta cierto punto los movimientos a su alrededor, apartándose, por ejemplo, si una persona camina rápida y directamente hacia él. Asimo presume de una notable libertad de movimientos, con piernas que le permiten subir escaleras o correr a una velocidad de hasta 9 kilómetros por hora. Sus manos tienen trece grados de movilidad, y pueden realizar tareas bastante complejas, como abrir una botella, servir su contenido, y llevarlo en una bandeja. Con todo, este pequeño androide sigue siendo un prototipo de investigación. Habrá que esperar para verlo en nuestro hogar. [Honda vía Pocket-lint] [Gizmodo]