Antes de dirigirnos desenfrenada y de manera compulsiva el comprar cualquier televisor, debemos pensar y tener muy claro algo: ¿para qué lo necesitamos? Esta es la base fundamental de toda compra, y así parezca muy evidente muchos no la toman en cuenta sino que se van por la mejor oferta o el más grande, siempre que su bolsillo lo permita.
Como dije, televisores hay muchos. Hace poco compré una pantalla LCD para mi oficina (pensando en la consola, por supuesto) y opté por ahorrarme una considerable cantidad de dinero al descartar las opciones “inteligente”. Sencillamente no necesito un Smart TV, gracias a un Chromecast o cualquier dispositivo que le pueda conectar (como una consola de videojuegos o un Apple TV). Lo importante para mi fue el tamaño y la calidad de imagen, y estoy seguro que no soy el único en pensar así.
Por cierto, en la tienda en línea de Walmart podrás comprar una pantalla LCD de la mejor calidad, ya teniendo esto en cuenta, pregúntate, ¿para qué lo necesitas? ¿Para ver programas de televisión solamente o también para disfrutar directamente en él de YouTube, Netflix y demás? ¿Para jugar videojuegos o como teatro casero en el salón para ver películas y los juegos de fútbol? Dependiendo de tu respuesta, sabrás qué tipo de televisor necesitas y de qué tamaño.
Luego, ya que pensaste más en tu necesidad real, revisemos algunos detalles técnicos:
Tipos de pantallas: LED, LCD, Plasma, OLED, 4K, etc...
Nombres como los que leemos en la línea anterior son el pan de cada día en el mundo de los televisores.
Antes que nada debes tener claro que, aunque “Ultra HD 4K” suena muy bonito, aquí estamos hablando de resolución, no de tipo de pantalla. En realidad, tipos de pantallas hay tres: LCD, OLED y Plasma, y todo lo demás términos son usados para describir versiones de las pantallas o en realidad hablan de resolución.
Por ejemplo, la pantalla más común que vemos hoy en día en un televisor es la “LED”, pero en realidad la “LED” también es LCD, solo que con retroiluminación LED. En general y en términos sencillos, esto queda así:
LCD: las pantallas de cristal líquido cuentan con una fuente de luz que es bloqueada en determinados puntos (es decir, los píxeles) para formar una imagen. Es una tecnología que tiene muchos años, y se ha consolidado en las pantallas (televisores, monitores, smartphones, etc) debido a que es realmente barata,y accesible al momento de comprar.
LCD LED: las pantallas más comunes en el mercado de los televisores. Funcionan de la misma forma que el tipo anterior, solo que su retroiluminación viene dada por LEDs y no por bombillas fluorescentes. Hoy en día, lo más probable es que el televisor que tienes en casa lleve una pantalla LCD LED. Es el tipo de pantalla con mayor resolución y mayor brillo, pero peores negros y contrastes.
Plasma: la tecnología más antigua, pero por mucho tiempo la mejor. Los Plasmas eran pantallas increíbles que durante muchos años tuvo los mejores colores (los negros más negros), pero también son de las más caras de producir. El principal problema de este tipo de pantalla es que con el tiempo va perdiendo el brillo, por lo que las más nuevas cuentan con una vida útil estimada de entre 10.000 y 20.000 horas en promedio, y a nadie le gusta saber que sus dispositivos electrónicos cuentan con fecha de vencimiento. Son las pantallas con mayor ángulo de visión, y sus negros solo son superados por las OLED.
OLED: para muchos, lo mejor de lo mejor, el modelo más nuevo en el mercado, y su mayor ventaja consiste en que este modelo los diodos emisores de luz sí funcionan como píxeles independientes, lo que recuerda a aquellas pantallas luminosas de LED que se usan como anuncios publicitarios, solo que en una escala mucho más mínima y con resultados fascinantes. Hoy en día, ningún tipo de pantalla ofrece negros más negros que las OLED, ni tampoco el mejor contraste.
En general, estas son las principales características, ventajas y desventajas de los principales tipos de pantalla en el mercado. Hoy en día, la batalla real se da entre las LCD LED y las OLED; los Plasmas y las LCD son el pasado.
El tamaño sí importa
Después de decidir qué tipo de pantalla prefieres y establecer un límite de cuánto piensas gastar, es momento de pensar en tamaño. Sí, para muchos (sobre todo para nosotros los hombres), siempre es ideal aplicar eso de “mientras más grande mejor”, pero la realidad es distinta.
El tamaño debería elegirse dependiendo del tipo de habitación en la que incluirás el televisor, y a qué distancia estarás ubicado de él cuando disfrutes de tus partidas de Call of Duty o del clásico del Real Madrid vs. Barcelona (o en mi caso, de mucho Netflix). Existen medidas recomendadas para poder disfrutar al máximo de todo el contenido en pantalla, y en general se resume de esta forma, dependiendo también de la resolución del televisor.
32” - 0,90 metros (1080p)
42” - 1,83 metros (1080p) / 1,25 metros (4K)
46” - 1,96 metros (1080p) / 1,33 metros (4K)
50” - 2,13 metros (1080p) / 1,45 metros (4K)
55” - 2,35 metros (1080p) / 1,59 metros (4K)
65” - 2,77 metros (1080p) / 1, 88 metros (4K)
Esos son los tamaños de televisores más comunes y más buscados en el mercado, pero si te interesa algún otro tipo de diagonal, esta genial calculadora web te ayudará a conocer la distancia a la que debes estar ubicado de tu televisor, y así podrás elegir el ideal para tu salón, habitación, oficina, cocina y mancave.