A cien años del cobarde asesinato del Gral. Emiliano Zapata Salazar, vale la pena recuperar la memoria histórica de diversos lugares que ocupó el movimiento armado encabezado por el Gral. Zapata en los albores del siglo XX. El antiguo Hotel Moctezuma fue construido en el año de 1903 con el famoso ladrillo rojo, hueco, cocido y prensado, elaborados en la fábrica de El Buen Retiro, por órdenes de Don Ramón Oliveros, quien se asoció con la familia Hanson para fundar este maravilloso hotel.
Según archivos existentes acerca de la historia de este lugar, su primer nombre fue Hotel Moctezuma. Después de las luchas revolucionarias en la ciudad su denominación cambia a Hotel Asturias. Pero la historia no termina ahí, ya que en la década de los ochentas se le llamó Hotel Peñalba. Hoy en día conserva su primer nombre: Moctezuma, y su espacio es utilizado como plaza comercial, cafetería y oficinas.
Su maravillosa arquitectura es la expresión artística de un trabajo realizado en tabique y ladrillo prensado aparente; dando vida a sus altos arcos, columnas, muros, barandales, pretiles, cornisas y detalles. Matizando su calidez histórica en cada uno de sus rincones y estructuras.
En las partes norte y sur del edificio, fachada principal del edificio, se aprecian los solarios o miradores, elementos que enmarcan y jerarquizan la parte alta de la fachada. Los solarios o miradores eran espacios de estancia, en los que podía disfrutarse de una vista panorámica; principalmente en este caso hacia los volcanes. Este elemento es muy característico en la vivienda de la ciudad de Cuernavaca de la primera mitad del siglo XX, grandes casonas de fin de semana fueron construidas en la ciudad y que hoy en día por fortuna muchos ejemplos de estos continúan embelleciendo nuestra ciudad.
En su interior se percibe la conjugación de diversos elementos que logran una sensación de nostalgia y tranquilidad. Al entrar se encuentra una fuente circular con detalles de mosaico talavera. Frente a ella se halla una escalinata que jerarquiza el lugar; su barandal esta detallado con tabique en forma de balaustrada. Esta escalinata dirige hacia las que en aquel entonces fueron habitaciones del hotel.
Para llegar al segundo nivel se localiza una escalera finamente construida con el mismo material, dando la oportunidad de caminar por los amplios corredores y que dirigen hacia el resto de las habitaciones. Estos corredores que trazan un cuadrado están enmarcados por arcos de medio punto, estos arcos forman parte del diseño interior del edificio.
El estilo de este tipo de arquitectura civil, se asemeja a la forma en que se construían los claustros de los conventos o la casa grande de una hacienda en Morelos. Es decir, en forma cuadrada o rectangular con un patio abierto en el centro, y alrededor de éste las habitaciones.
Todos estos detalles muestran en su conjunto el valor arquitectónico del Hotel Moctezuma. Sin embargo, la arquitectura al ser parte de la vida cotidiana de la sociedad se convierten en territorios que narran una historia.
Todos los espacios fueron diseñados en un concepto amplio y de grandes dimensiones, los pasillos y corredores, las habitaciones, la administración, el patio, la escalinata, entre otros, son de dimensiones bastante considerables.
Es importante destacar que la estructura del edificio no cuenta con elementos estructurales a base de concreto y acero, sino que es el propio acomodo del tabique y del ladrillo lo que sustenta la estructura de la edificación, acompañado de vigas de madera.
De este tipo y estilo de arquitectura se construyeron varias edificaciones, el Castillito en la parte posterior de la Iglesia de San José en el Chapitel del Calvario, actual Museo de fotografía y en sus inicios Casa del Velador y responsable de los Jardines del Parque Don Porfirio Díaz, Casa de la Rinconada; una casona ubicada en la calle Lerdo de Tejada y el desaparecido Mercado Colón, que dio paso al actual Mercado Adolfo López Mateos, se cree también que el antiguo Mercado de Tlalpan en la CDMX fue construido con este material de la Fábrica El Buen Retiro.
En el caso del Hotel Moctezuma es la etapa revolucionaria la que representa el valor histórico más importante, ya que en este mismo lugar, se estableció el cuartel del General Emiliano Zapata Salazar –Jefe supremo de las fuerzas armadas revolucionarias-.
Al estar en el edificio se reviven en un instante, los momentos que la época revolucionaria imprime al lugar. Los ruidos, las risas, los murmullos, los pensamientos, las ideas, el ambiente, los anhelos y la intransigencia del General Emiliano Zapata, recrean una atmósfera revolucionaria, que nos transporta a más de cien años atrás. En cada rincón del edificio se siente su gallarda presencia. Por cada espacio, en cada escalón, por cada habitación del hotel se oyen sus pasos.
Además, como uno de sus sitios preferidos, Zapata lo elige para fotografiarse acompañado de sus familiares más cercanos que lo acompañan en esta lucha, con amigos y colaboradores; así como con su estado mayor revolucionario. Específicamente con su hermano Eufemio Zapata y su esposa Josefa Espejo, entre otros jefes revolucionarios.
En el contexto urbano de la ciudad de Cuernavaca, con calles sinuosas, estrechas y dentro de lo que se denomina el centro histórico de Cuernavaca. Se encuentra ubicado uno de los más bellos edificios construidos en los albores del siglo XX, lo cual sin duda representa una de las obras más significativas de inicios del siglo XX en Cuernavaca, por su carácter y jerarquía arquitectónica, su presencia histórica, su belleza e identidad en el contexto urbano y por sus características de construcción y estructura.
Fotografías:
Adalberto Ríos Szalay
Dr. Gerardo Gama Hernández
Profesor Investigador
Escuela de Turismo UAEM
