Ubicado en la zona sureste de nuestro gran estado encontramos el municipio de Puente de Ixtla que sin duda aporta una vasta cantidad de exquisitos platillos. Al haberse convertido en un pueblo cuyo paso era obligatorio para todas aquellas caravanas de comerciantes que provenían del estado de Guerrero con destino a la Ciudad de México podemos encontrar algunos productos que no son precisamente endémicos de la región pero que gracias a sus características forman parte de dicha gastronomía .
Es inevitable recordar esos fines de semana con la abuela cuando en el tlecuil ubicado en la parte trasera de su casa preparaba grandiosas exquisiteces como la carne de puerco en sala verde con ciruelas o el caldo de bagre cuyo acompañante indispensable eran las tortillas hechas a mano, e incluso aquellos días en que era temporada de guajes poder saborear el majestuoso chile con huevo y guajes. Delicias que aún hoy en día podemos encontrar en las fondas del caluroso pueblo de Puente de Ixtla.
Recorrer los pasillos del mercado principal motiva a los visitantes a ser participes de esta experiencia gastronómica, comenzando por la vasta cantidad de puestos que ofrecen una gran variedad de gorditas y quesadillas hechas con productos frescos de la localidad como lo son los chales y el requesón. O simplemente probar las deliciosas gorditas de manteca con un sabor y acompañante incomparable ya que una de las principales tradiciones de estos alimentos es comerlos con semillas de calabaza doradas las cuales terminan realzando aún mas su sabor.
Es majestuoso poder encontrar dentro de esos mismo pasadizos a señoras provenientes de comunidades cercanas que nos brindan la oportunidad de poder saborear un suculento mole verde acompañado de tamales nejos que nos permiten remontar a esos días de celebración en casa cuando las abuelas solían preparar esos manjares.
Siguiendo nuestro recorrido podemos encontrar los famosos tacos de chivo que con su insuperable sabor hacen de este municipio una parada forzosa para cualquier persona solo por el simple hecho de disfrutarlos.
Ingredientes indispensables en todas las casas de dicha comunidad definitivamente son los productos lácteos, caracterizados por su frescura y sabor. Así podemos encontrar dentro del mismo mercado o a lo largo de esas calles empedradas a personas ofreciendo los famosos y apetitosos quesos de cincho y fresco, la crema y el requesón los cuales se convierten en el acompañante perfecto para saborear la carne enchilada, longaniza y la deliciosa cecina que por tradición se debe acompañar con una generosa porción de frijoles de olla, queso fresco, crema, tortillas hechas a mano en comal, pero sobre todo una buena salsa de jitomate y chiles asados hecha en el molcajete. Aunque si la época del año en que se decide comer este tradicional platillo coincide con la temporada de ciruelas silvestres la mejor alternativa será la salsa de ciruela con chile de árbol seco, ambas realizada con el mismo procedimiento.
Definitivamente el hecho de poder darnos la oportunidad de poder conocer todos esos rinconcitos que forman nuestro maravilloso estado a través de su historia plasmada en su gastronomía es uno de los enormes privilegios que como morelenses debemos de valorar pero sobre todo de difundir para que cada vez seamos más los afortunados de poder gozar esta grandiosa experiencia.
LAET. Arizbé Hernández Trujillo
Profesora Escuela de Turismo UAEM.
Fotografías:
Adalberto Ríos Lanz.