Localizado en la zona oriente del estado de Morelos, el municipio de Zacualpan de Amilpas colinda al norte con el municipio de Tetela del Volcán, al sur con el municipio de Temoac, al este con el estado de Puebla y al oeste con los municipios de Ocuituco y Yecapixtla. Sus edificaciones históricas y la riqueza natural conformada por las tierras fértiles, abundante recurso hídrico, flora y fauna local, así como la belleza del volcán Popocatépetl en el horizonte, han propiciado escenarios dignos de postales que representan desde la vida campesina local hasta la riqueza cultural de un pueblo tan pequeño en extensión territorial y tan grande en riqueza patrimonial, la cual pareciera pasar desapercibida en la actualidad por la vista del turista regional y nacional.
En lo que a su tipo de arquitectura respecta, se pueden identificar pequeñas viviendas con características coloniales y otras más de tipo vernácula, acompañadas con “descansos” en el diseño que se localizan en las entradas de las casas, y con una gama de colores en ellas que las hace atractivas visualmente. Asimismo, se pueden apreciar calles empedradas en buena parte del pueblo, principalmente en la cabecera municipal, y en algunos casos, los muros que delimitan el terreno de sus casas, son reemplazados por tecorrales, dando así una vista más detallada al interior del hogar de las familias.
Dentro de sus atractivos más conocidos, se encuentra uno de los populares exconventos del siglo XVI que forma parte de la llamada “Ruta de los Conventos”, aunque actualmente y debido al sismo registrado en el año 2017, se encuentra en restauración y cerrado su acceso. Otro atractivo popular es el conocido “Trueque” donde se intercambian productos locales y de consumo entre personas de la comunidad y visitantes sin necesidad de dinero en efectivo. A lo anterior mencionado podríamos sumarle las celebraciones y fiestas patronales, pero si salimos de lo ya conocido podremos encontrar otras riquezas que son dignas de ser reconocidas y revalorizadas.
En la región también se edificaron dos importantes inmuebles del siglo XVI como las exhaciendas azucareras durante la época colonial de México, las cuales llevan por nombre: San Nicolás Cuautepec y Chicomocelo, localizadas en el poblado de Tlacotepec. En un inicio ambas se enfocaban a la producción de azúcar a partir de la caña, pero posteriormente se introdujo el cultivo de trigo, parte fundamental de que se establecieran en la región fue la riqueza de los suelos fértiles y abundante agua, así como los microclimas que favorecían los cultivos. Actualmente, ambas exhaciendas se encuentran deterioradas y en parte abandonadas sin un nuevo uso.
El patrimonio biocultural en Zacualpan de Amilpas podemos verlo representado en su entorno rural, la agricultura es la principal fuente económica de la región, y por lo tanto esta actividad ha pasado a transformar el paisaje por medio de los cultivos tradicionales como por ejemplo los campos de maíz, la calabaza y frijol, o los tres en uno mismo, conocido también ancestralmente como “la milpa”. En la región se trabaja, además, con sistemas de riego permitiendo tener cosechas durante todo el año, así, productos como el pepino, jitomate o cebolla, ente otros, se hacen presente en el medio rural a través del uso de invernaderos como elementos del paisaje que se puede encontrar. Los conocimientos en el manejo de la tierra productiva, las semillas y el agua, que se han heredado de generación en generación dentro de la vida campesina y que representa su estilo de vida, la riqueza cultural y la propia gastronomía, son razón suficiente para la defensa del territorio ante la creciente urbanización.
Finalmente decimos que, los campos de cultivos diversos que representan los conocimientos ancestrales y estilo de vida local, en conjunto con las edificaciones históricas mencionadas y su respectiva historia y valor, forman parte del patrimonio biocultural de Zacualpan de Amilpas y a la vez éste produce los paisajes culturales locales, en específico, el paisaje evolutivo haciendo referencia a la agricultura tradicional y como el propio termino lo dice, a su evolución en el transcurso del tiempo.
TEXTO:
FERNANDO OROZCO ROSALES
ESTUDIANTE DE LA MAESTRÍA EN ESTUDIOS TERRITORIALES, PAISAJE Y PATRIMONIO
DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA DE LA UAEM.
IMÁGENES:
FERNANDO RUIZ VÁZQUEZ