Se dice que para los habitantes del centro del país los tacos de canasta son sus preferidos y parte de su dieta cotidiana ¿ustedes qué opinan?
Hay de chicharrón, frijoles, mole, cochinita (la encargada de hacerlos sudar), huevo, papa, etc. Una orden surtida acompañada de una deliciosa pero picante salsa de tomate martajada con cebolla, cilantro y unas semillitas.
La deliciosa palabra “taco” proviene del náhuatl “tlahco”, cuyo significado es mitad o en medio, pues el relleno se coloca a la mitad de la tortilla.
¿QUIEREN UNO DE HISTORIA?
Se dice, que la primera taquiza documentada es la que Hernán Cortés ofreció a sus tropas en agosto de 1521. Hoy, 500 años después, seguimos disfrutándolas.
De acuerdo con la información investigada, los tacos de canasta pudieron originarse en San Vicente Xiloxochitla, Tlaxcala; pero otras fuentes señalan que fue en nuestro hermoso estado de Morelos, particularmente en la época de la colonia, con los Tlahuicas. Ellos utilizaban el algodón para hacer “sudar” a los tacos, pues de esa manera se mantenían a una buena temperatura.
El primer recuerdo que tengo de estos tacos se remonta a mi infancia, a finales de los años sesenta y principios de los setenta, cuando pasaba por la calle de Galeana; allí estaba un billar y afuera vendían esos ricos tacos de canasta.
Quién no ha esperado en el centro histórico (callejón del cubo o jurista) de nuestra ciudad a que lleguen, directamente de Xoxocotla, las señoras con su enorme canasta, llena de los aromas de los deliciosos tacos junto con una cubeta de salsa verde martajada.
¿Cuáles son sus favoritos? ¿han probado “las doraditas” en las fuentes de Acapantzingo? Con su gran variedad de salsas ¿O los de lechón? También están los de Teopanzolco, los de la Cruz Roja, los que se colocan afuera de la terminal de autobuses ubicada en centro y los de Puente Blanco, sobre la avenida Domingo Diez y, por supuesto, no podemos olvidar uno de los primeros, en la calle Abraham Zepeda, al norte de la ciudad.
El orden que se lleva para acomodarlos en la canasta es muy específico, una vez elegida la canasta de mimbre, se coloca el plástico (se utiliza muchas veces el color azul, pues se dice que éste ahuyenta a las moscas, debido a que no existe ningún ingrediente de ese color). Posteriormente, se pone la tela a cuadros para conservar la temperatura y humedad. Por último, el papel de estraza. Enseguida se procede a acomodar una cama de tacos, rodajas de cebolla, y se baña con el adobo y así sucesivamente hasta llenar la canasta. Es importante la manera en que se van acomodando para que no haya confusiones a la hora de servirlos. Se envuelven muy bien, pues de esta manera logran conservar su temperatura hasta por cuatro horas.
Bueno, ahora me disculpan que ya llegó mi orden. ¡Buen provecho!
TEXTO:
PROFRA. MARICELA GAMA HERNÁNDEZ
ESCUELA DE TURISMO DE LA UAEM
FOTOGRAFÍAS:
FERNANDO RUIZ VÁZQUEZ Y
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