Enclavado en el corazón de la Reserva de la Biósfera de la Sierra de Huautla, área natural inscrita en el Programa La biósfera y el hombre de la UNESCO, colmado de zonas y paisajes naturales y, cargado de una gran riqueza en biodiversidad, se encuentra este hermoso pueblo fundado cerca del año de 1570, al descubrir yacimientos minerales principalmente de plata, dentro del municipio de Tlaquiltenango, Morelos.
Este maravilloso pueblo aún guarda entre sus sinuosas calles, de prominentes subidas y afanosas bajadas, auténticos ejemplos de vivienda vernácula, en los cuales utilizaban para su construcción fuertes morillos y vigas de madera, robustos muros de adobe encalados en algún momento, grandes tejas y algunas de ellas con escalones de acceso, de coloridas fachadas planas y techos que cubren desde el acceso hasta las terrazas con vista al patio, todas ellas atesoran aún historias, crónicas y leyendas del trabajo en las minas de Huautla; sus habitantes relatan con nostalgia su trabajo como mineros, carpinteros, soldadores, herreros o aquellos que llevaban la comida a sus familiares dentro de las minas, llamadas San Francisco, Santiago y Guadalupe, las más reconocidas.
El bello templo de la época virreinal con advocación a San Francisco de Asís fue construido en el siglo XVIII, consta de una sola nave central con una majestuosa cúpula sobre el ábside del templo, muestra una robusta torre de campanario de dos cuerpos que integran un friso y una cornisa con pináculos en su cuatro extremos, su fachada es sencilla pero sublime, un arco de medio punto sobre un par de jambas y sobre éste una pequeña ventana coral sobre una cornisa, a sus extremos la fachada está enmarcada por dos nichos que albergan en su interior escudos religiosos, su atrio es pequeño, sin embargo, el templo muestra una imagen señorial toda vez que fue construida en lo más alto de la loma y hacia abajo se ubican las viviendas.
Su plaza central está enmarcada por pórticos con techos de tejas y al centro un kiosco de forma octagonal, el cual tiene una base elaborada de piedra colocada a un metro del nivel de piso, las columnas son tubulares de acero que dan soporte a una losa partida a varias aguas y por un tejado que se encuentra un tanto deteriorado por razones de mantenimiento, el paso del tiempo y climatológicas.
En esta gran plaza rodeada de algunos árboles, en el que durante las tardes -una vez que el sol baja- la gente sale a pasear y caminar por sus calles; un enorme reloj edificado en 1979, proveniente con toda seguridad de la fábrica de relojes Centenario, -primera fábrica de relojes monumentales de América Latina; de seis cuerpos de al menos 15 metros de altura mira desde lo alto a todo el pueblo; en este espacio también se ubica una gran placa escultórica del General Emiliano Zapata Salazar, quien durante la lucha revolucionaria, utilizó el pueblo de Huautla como escondite, refugio y prácticamente cuartel zapatista, pues significaba un lugar estratégico en la lucha contra las tropas federales, quienes también buscaban hacerse de esta plaza, principalmente para utilizar las minas como guaridas o bien para perderse entre los cerros, barrancas y cañadas de esta zona.
Después de cerrada la mina, el 30 de octubre de 1991, por parte de la empresa El Rosario S.A de C.V. el paisaje de la vida cotidiana de la gente de Huautla se transformó y pasó de ver caminar a gente con casco rumbo a la mina, a ver caminar a gente rumbo al campo a las labores de agricultura y ganadería; otros más, emigraron a Estados Unidos; hoy en día la población de Huautla es cercana a los mil habitantes y muchos de ellos atienden sus propios negocios de abarrotes, carnicería, tortillería y panadería, entre otros.
Sin embargo, la gente de Real de Minas de San Francisco Huautla añora la mina, pero otros más están convencidos que, el turismo puede ser un gran promotor del desarrollo económico de la zona, lugares como las haciendas abandonadas, Cruz Pintada, el propio pueblo de Huautla, las minas abandonadas y otros elementos culturales, además de sus fiestas tradicionales y danzas -como los mototocos-, pueden ser incorporados a un nuevo producto turístico cultural y natural, que brinde oportunidades de trabajo a las familias de Huautla.
En esta pandemia, cuidando todas medidas sanitarias, Huautla es un lugar apacible, pintoresco, al aire libre y con la calidez de su gente que se puede visitar, en el centro del poblado, la propia gente está dispuesta a dar recorridos por sus extraordinarios lugares, corazón de la selva baja y patrimonio de Morelos.
TEXTO:
GERARDO GAMA HERNÁNDEZ Y FERNANDO RUIZ VÁZQUEZ
PROFESORES DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM
FOTOGRAFÍAS:
FERNANDO RUIZ