El cielo de Tepoztlán
Sin duda alguna, todos los pueblos del municipio de Tepoztlán son verdaderamente hermosos, San Andrés de la Cal, Santa Catarina, Amatlán de Quetzalcóatl, Santo Domingo Ocotitlán, Tepoztlán centro o cabecera y por supuesto San Juan Tlacotenco, todos ellos con una enigmática conexión con sus cerros, con el valle sagrado de Tepoztlán, como lo llamara el poeta, fotógrafo y arqueólogo peruano Daniel Ruzo.
Estos pueblos abrazan y cuidan a Tepoztlán, algunos de ellos con sus cerros y cordilleras forman un brazalete que amuralla el pueblo, pero uno de ellos lo vigila desde lo más alto, lo observa desde el cielo: San Juan Tlacotenco.
Tlacotenco, según Cecilio A. Robelo en su texto Nombres geográficos indígenas del estado de Morelos, se compone de tlacotl, vara o jarilla; de tentli, orilla; y de co, en; y significa, “En la orilla de las jarillas o del breñal”. Este hermoso y apacible pueblo se localiza a 2,300 metros sobre el nivel del mar y, desde lo alto de sus cerros se puede alcanzar una excepcional e inigualable vista del valle de Tepoztlán. Caminando cerca de 40 minutos del centro de San Juan, al llegar al cerro de La Luz se observa toda la traza de Tepoztlán, sus calles, sus plazas, sus capillas, sus casas y su convento.
Durante este recorrido se logra un contacto extremo con la naturaleza, con el bosque del corredor biológico Chichináutzin y parte del Parque Nacional del Tepozteco, que en enero cumplió 84 años de haber sido declarado un área natural protegida. Esta riqueza forestal esta constituida por sabinos, ahuehuetes, ceibas, cazahuates, mezquites, ocotes y pinos que, durante la última década del siglo XIX muchos de estos árboles fueron utilizados para fabricar los durmientes del ferrocarril México-Cuernavaca.
Este hermoso paraje de San Juan Tlacotenco es hogar de conejos, teporingos, venado cola blanca, lince, gato montés, víboras, cacomixtles, ardillas, tlacuaches y una gran cantidad de aves.
San Juan Tlacotenco también ha sido escenario de grandes sucesos históricos, por ejemplo, los naturales de San Juan dieron la batalla a Hernán Cortés cuando llegó a estas tierras por las montañas para tomar el señorío de Tepoztlán y prácticamente lo regresaron a Oaxtepec, donde Cortés volvió a reorganizarse; de ello se da cuenta en los documentos y códices que resguarda el pueblo en su biblioteca.
Durante la revolución del sur, las tropas federales se asentaron en San Juan Tlacotenco, lo utilizaron como un lugar estratégico por ubicarse en un lugar muy alto, en aquellos años San Juan quedó prácticamente abandonado. Los soldados se resguardaban en las viviendas de adobe y en el templo de San Juan Bautista, utilizaban la madera de puertas, vigas, ventanas y hasta bancas del templo para resistir el frío a través de fogatas, cuando no hubo más, quisieron tomar la imagen de madera de San Juan Bautista y en ese momento cayó un rayo que acabó con la vida de los federales que ahí se encontraban, eso dice la crónica de sus habitantes.
El 10 de diciembre de 1933 fue inaugurada una casita anexa a la escuela primaria que serviría para la habitación del profesor del pueblo. Asimismo, en agosto del año 1973, en oficios girados al Lic. Luis Flores Ruíz, jefe de la policía de tránsito del gobierno de Morelos, los habitantes de San Juan Tlacotenco solicitaron algunos juegos de placas para vehículos de carga y pasajeros, con motivo de la construcción de la carretera Cuernavaca-Tepoztlán y con ello brindar servicio a los comerciantes, estudiantes y emergencias en el pueblo.
La Estación del Parque y San Juan Tlacotenco son dos lugares ligados históricamente al ferrocarril de Cuernavaca, aunque no se sabe con exactitud la fecha de construcción de la única y singular estación de ferrocarril de madera, se dice que para el 1 de diciembre de 1897, día en que llegó el ferrocarril a Cuernavaca, ésta ya había sido construida, lamentablemente don Héctor, ferrocarrilero y guardián de la estación de El Parque de San Juan Tlacotenco, murió hace apenas un año, dejando como legado, el cuidado y mantenimiento de la estación, documentos, fotografías pero sobre todo leyendas y crónica de los años de la línea del ferrocarril México-Cuernavaca, gracias por su trabajo don Héctor.
El templo de San Juan Bautista es una pequeña capilla del siglo XVIII que por su ubicación, altura y escalinata probablemente fue construida sobre un basamento prehispánico, lleva una torre de campanario de dos cuerpos, su fachada muestra el acceso con un arco de medio punto enmarcado por jambas y un friso en la parte superior, la pequeña ventana coral esta enmarcada por tres nichos y una cruz remata la fachada; su atrio es amplio el cual fue camposanto de la comunidad, posteriormente fue construido un templo adosado a la sacristía.
¡San Juan Tlacotenco, es el cielo de Tepoztlán, Morelos, ven a visitarlo!
TEXTO:
GERARDO GAMA HERNÁNDEZ.
PROFESOR Y DIRECTOR DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM.
FOTOGRAFÍAS:
MARCELA LIMA, XÓCHITL CASTILLO, ABRIL GÁLVEZ Y AMANDA GUTIÉRREZ.
FUENTES:
HNDM, UNAM.