El sector turístico actualmente es uno de los pilares en la economía mexicana y será la quinta más importante a escala mundial para el año 2028 de acuerdo con el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés). Los principales destinos turísticos de México son Cancún, la Riviera Maya, Los Cabos, Acapulco, Puerto Vallarta y la Ciudad de México, sin embargo; esto no es lo único que tienen común, dichos destinos deben considerar la importancia del recurso hídrico para el desarrollo y gestión de las múltiples actividades relacionadas al turismo.
A nivel mundial sólo el 2.5% de la disponibilidad de agua es dulce, de la cual aproximadamente el 70% no está disponible para consumo humano debido a que se encuentra en forma de glaciares, nieve o hielo según datos de la Organización de la Naciones Unidas (ONU-Agua). En este sentido, cabe señalar que el turismo es responsable del 1% del consumo mundial de agua, pero es precisamente su demanda de abastecimiento y competencia con otros sectores lo que destaca la importancia de tomar acción en el cuidado de este valioso recurso.
Los destinos siguen enfrentándose a distintos retos y el estado de Morelos no es la excepción; su oferta turística abarca desde balnearios naturales hasta parques acuáticos, como el lago de Tequesquitengo, las lagunas de Zempoala, las Huertas, las Estacas, Santa Isabel, Agua Hedionda el Rollo, Aqua Splash, Six Flags Hurricane Harbor en Oaxtepec, ISSSTehuixtla y la Ex Hacienda de Temixco, solo por mencionar algunos. Estos sitios hacen de Morelos un lugar único para todos aquellos visitantes que desean realizar actividades como nadar, andar en cayac, disfrutar del ski o motos acuáticas, entre otros.
Sin embargo, el sector turístico debe asumir su papel de liderazgo y ser considerado como un instrumento que promueva la conservación, protección y el uso adecuado del agua, así como garantizar que los destinos realicen las acciones necesarias para un consumo responsable, el saneamiento y tratamiento de aguas residuales, aunado a la captación y aprovechamiento de aguas pluviales para su reutilización. En este mismo sentido, es necesario que los sitios con jardines y campos de golf empleen vegetación con una baja demanda de agua y se establezcan horarios de riego adecuados al clima y a las estaciones, dado que un campo de golf de 18 hoyos llega a consumir 2.3 millones de litros de agua diarios. Además, el mantenimiento de albercas puede realizarse con tratamientos menos agresivos con el ambiente.
Cabe mencionar que, por su parte, los turistas deben ser responsables en la eficiencia del manejo del agua y el consumo por alojamiento, utilizar productos de higiene y de cuidado personal amigables con el ambiente (pasta de dientes, shampoo, bloqueadores, bronceadores, etc.), y evitar la contaminación del agua por residuos sólidos urbanos.
Es prioritario tomar conciencia de la huella hídrica que cada operación y actividad turística genera, el turismo puede y tiene la obligación de contribuir a una adecuada gestión de recursos hídricos. ¡Seamos turistas sensibles y comprometidos con la conservación del agua!
TEXTO:
MTRA. PAMELA ESTRELLITA ZÚÑIGA BELLO
PROFESORA DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM
FOTOGRAFÍAS:
FERNANDO RUIZ VÁZQUEZ