“Una oda al linaje materno, a las mujeres que fueron para que hoy seamos, una pieza dedicada a nuestras abuelas”
En la quietud, una mujer esperaba paciente el momento de su deshielo, de su renacer. Con dolor y calor emergió del tiempo pausado que devoraba su libertad para transformar el hielo en cristales y de ellos, sus hijas nacieron. En esa hermandad, las mujeres fortalecieron su espíritu y avanzaron en el tiempo cíclico, llenas de paisajes que sabían a canto, a rabia y a ternura que les hacían recordar aquel lugar donde eran una misma.
Pasando por penas y juegos, caídas y vuelos, se aferran a la libertad sabiendo dejar ir la vida, cuando ha llegado el momento, porque el agua necesita evaporarse y no quedan registros ni palabras hasta que vuelva a llover.
GRUTA comenzó a construirse en el 2019 como parte del proyecto “Antología de relatos escénicos salvajes”, idea original de Sandra Govill, apoyado por Jóvenes Creadores FONCA 2019-2020, en colaboración con la compositora Tania para desarrollar el primer movimiento de la obra: Hielo. En 2021 el trabajo se retomó convocando a más mujeres creadoras e intérpretes escénicas y actualmente la obra se compone por un grupo de 13 mujeres entre los 15 y los 67 años de edad, en su mayoría morelenses, que comparten su historia y la de sus ancestras, celebrando la vida y asumiendo la muerte como un tránsito inevitable. Nace por la necesidad de abrir plataformas expresivas y poéticas entre mujeres, como una respuesta activa ante la violencia a la cual nos enfrentamos día con día. Queremos honrar a nuestras ancestras.
Se desarrolla en tres movimientos representativos de los ciclos del agua: 1. Hielo, tiene un carácter frío, sombrío, doloroso, es el nacimiento de un primer ser. 2. Agua: la fluidez, la memoria, las infinitas gotas componiendo la mar, en este caso es la colectividad, la fortaleza, la libertad. 3. Vapor: lo inmaterial, la transformación y la muerte que es nuevo nacer. Esta obra se compone de una hibridación de lenguajes que parten de la danza y rozan el teatro, invitan al canto y exploran en lo sonoro, se implementa música en vivo con un acordeón, un violonchelo y una instalación con micrófonos de contacto, hielo y agua.
Los tres movimientos pueden presentarse como una unidad o por separado y cada uno tiene especificidades técnicas distintas; el tercer movimiento no aplica en espacios al aire libre, ni plazas públicas porque es una escena de luz, humo y hielo seco. La obra puede adaptarse para presentarse en espacios alternativos como museos, casas, edificios vacíos, jardines y patios, también para plazas públicas, parques o escuelas.
Este trabajo es una de las colaboraciones por proyecto que el Colectivo Beznei (bestia en zapoteco) nei (danzante en otomí) suele realizar. Es un colectivo de artes vivas fundado en Cuernavaca, Morelos en el 2014 por Freda B. Fitch y Sandra Govill, actual directora artística. El desarrollo de Beznei ha sido principalmente en la danza contemporánea y el teatro físico con base en el Taijiquan, el Qi gong y la improvisación.
El colectivo coloca el juego en el centro de cualquier manifestación artística, con un enfoque interdisciplinar y comunitario, de procesos a fuego lento y en formatos íntimos, aún en recintos de grandes dimensiones; se procura una interacción con la audiencia, como instalaciones en el teatro, juegos espaciales que rompan los formatos all’italiana, etc. A la fecha se tiene una trayectoria de nueve paisajes (obras) con una constante inspiración en la naturaleza, incluyendo a los elementos como intérpretes. Se ha dedicado principalmente a atender al público local morelense, con colaboraciones constantes en la Ciudad de México y algunas esporádicas en Puebla, Querétaro, Guanajuato, Sinaloa e Italia.
Desde junio del presente año, las creadoras de este proyecto han trabajado la pieza en colectivo, han transitado por un proceso de mucha escucha y acompañamiento mutuo. Su forma de trabajo ha consistido en la construcción de imágenes y atmósferas a través de los recuerdos de las abuelas y se exploran juegos e improvisaciones durante los ensayos. En julio el colectivo tuvo la oportunidad de trabajar en una residencia de tres días en el espacio pirupetico de Ramito y Violeta, ubicado en la colonia Palmira en Cuernavaca, durante este tiempo se construyeron algunas de las composiciones vocales y musicales, así como algunos movimientos coreográficos.
Como parte del mismo proceso creativo se realizó el pasado 13 de agosto, una muestra escénica de la obra en formato inmersivo. El montaje se hizo en los jardines y una zona interior de una casa, esta fue la primera vez que se probó adaptar la pieza a un espacio alternativo, la locación fue en Casa Alba, en la colonia Delicias en Cuernavaca, Morelos. Se utilizaron las áreas del jardín y un área interior para generar a partir de la coreografía un tránsito del público por todo el espacio; la propuesta para el público era interactuar libremente con las escenas y con los objetos del montaje, se les invitó a elegir dónde sentarse, qué tanto acercarse a las intérpretes, incluso a interactuar y a manipular los elementos escenográficos.
Tras haber realizado la experiencia inmersiva la obra está lista para estrenar su versión en teatro el jueves 8 de septiembre del año en curso en el Teatro Ocampo en Cuernavaca, Morelos a las 18hrs, la entrada será gratuita y se invita al público a abrir el diálogo al final de la función.
TEXTO Y FOTOGRAFÍAS:
ABRIL ATILANO VELÁSQUEZ