SANTUARIO DE LIBÉLULAS
El río Agua Salada se encuentra al sur del estado de Morelos y es limítrofe entre los municipios de Puente de Ixtla y Huitzuco de los Figueroa en el estado de Guerrero. Hay dos formas de acceder, una es recorriendo 7.6 km en dirección sur de la localidad de Puente de Ixtla y la otra es viajando a través del tramo Chilpancingo-Cuernavaca de la Autopista del Sol (Carretera Federal 95D), pasando la plaza de cobro Ing. Francisco Velasco Durán (conocida como caseta de Alpuyeca) y tomando el retorno después del poblado de Coaxitlán para tomar un camino rural que lleva hasta este paraje.
Este río de aguas claras y transparentes, poco profundo y rodeado de la vegetación propia de selva baja caducifolia es tributario del río Amacuzac, y se encuentra en estado de conservación debido a su ubicación dentro de la Reserva de la Biósfera Sierra de Huautla. A lo largo de este río se pueden observar varios manantiales descendentes desde los cerros y también de un manantial ascendente que da origen a la Poza Azul, en donde los visitantes, acuden para bañarse en sus aguas cálidas y mineralizadas y para organizar comidas familiares durante los fines de semana y periodos vacacionales.
Este ecosistema acuático alberga una gran riqueza de flora y fauna, destacando los insectos del orden Odonata. Este grupo de insectos acuáticos son conocidos comúnmente como libélulas y caballitos del diablo que es uno de las más antiguos del planeta y han inspirado e impulsado la cosmovisión del hombre para varios mitos y leyendas.
Los llamados caballitos del diablo incluyen especies delicadas, de vuelo débil, ojos ampliamente separados y con alas de igual forma y tamaño, por otra parte, las libélulas, son especies robustas, de vuelo fuerte, ojos unidos y alas de forma y tamaño diferente. Viven asociados en forma de larva a los ecosistemas de agua dulce como ríos, lagos, bordos, presas y charcas temporales, y de forma adulta, son aéreos, que sobrevuelan en las cercanías de estos ambientes.
De esta manera, en el río Agua Salada -en donde se puede encontrar una gran belleza paisajística y de calidad del hábitat- es propicio para la realización de un turismo de lupa, en donde el visitante puede llegar a observar y recrear las distintas formas, colores, estructuras y conductas de alimentación, combates, cortejo y reproducción de la gran diversidad de libélulas y caballitos del diablo que ahí habitan.
Las suaves márgenes del río Agua Salada invitan al visitante a realizar actividad de senderismo en el cual se puede interpretar los variados rasgos del ambiente de selva baja caducifolia y de sus hábitats acuáticos, y a través de este viaje, contemplar también la belleza y conocer la importancia de estos insectos y su relación con el agua, que bien vale señalar, es un recurso vital, que en esta nuestra nueva realidad, es fundamental conservar y administrar para las generaciones futuras, sin dejar por supuesto, de echarse un buen chapuzón en este santuario de aguas transparentes en donde reinan las libélulas y caballitos del diablo.
TEXTO Y FOTOGRAFÍAS:
JUAN CARLOS SALDOVAL MANRIQUE
PROFESOR DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM