En el municipio de Cuernavaca existe un lugar de importante belleza natural que a lo largo de las décadas ha sido motivo de contemplación, esparcimiento y preocupación por su conservación, nos referimos a la barranca de Chapultepec.
En el año 1933, la Sociedad Forestal Mexicana, a través de su presidente, el Ing. Miguel A. De Quevedo, solicitó al entonces gobernador del estado de Morelos D. Vicente Estrada Cajigal, que la barranca de Chapultepec se declarara como Sitio de Belleza Natural y Reserva Forestal Protectora argumentando que “las condiciones naturales de la misma, con sus aguas brotantes, acantilados abruptos, su cascada y su vegetación selvática hacen de todo ello un Sitio de Belleza Natural”. Además, en dicha petición se mencionaba la importancia de regular las cuestiones legales y administrativas para que su uso se destinara al paseo público y se garantizara la conservación de sus características de belleza natural.
Esta iniciativa dio frutos en 1937, cuando apareció en el Diario oficial de la Federación el decreto que declara a este espacio natural como Parque Nacional la Barranca de Chapultepec. Este nombramiento tenía como finalidad la conservación de su belleza natural. Más tarde, en 1965 deja de ser Parque Nacional para convertirse en un Parque Estatal Urbano, con lo cual su administración y uso pasó a manos del gobierno del estado de Morelos. Sin embargo, fue hasta el año de 2015 que se creó el Programa de Manejo, documento rector que toda área natural protegida debe poseer para garantizar la conservación y el tipo de uso que se puede hacer de los recursos naturales ahí presentes.
Actualmente, la Barranca de Chapultepec conserva 12.844 hectáreas de bosque de galería en el que los visitantes pueden apreciar flora como ahuehuetes, amate amarillo, pochote, entre otros; y fauna como el pájaro reloj, el carpintero enmascarado, la iguana negra y diversas especies de murciélagos, además de las especies endémicas el cangrejito barranqueño y la carpita de Morelos. También, en el parque existen tres Unidades de Manejo de la Vida Silvestre (UMA) cuya finalidad es la reproducción y conservación de distintas especies de mariposas, de la iguana negra y de orquídeas.
Las barrancas son importantes hábitats de muchas especies de flora y fauna, además, cuando existen zonas urbanas cercanas a ellas, son fundamentales para mantener las condiciones climáticas ya que regulan la humedad y la temperatura del aire, así como de producir oxígeno y reducir los niveles de CO2, el cual es uno de los principales gases de efecto invernadero que promueven el aumento de la temperatura y, por consecuencia, el cambio climático.
Así como la Barranca de Chapultepec, Cuernavaca posee más de 38 barrancas que tendrían que conservarse, pues de ello depende la estabilidad climática de nuestra ciudad. A través del turismo, se debería comenzar a apreciar cada uno de esos espacios naturales con miras de provocar su conservación y generar una educación ambiental que impacte en la sociedad y en nuestros visitantes. De lo contrario, pronto quedará en el anecdotario que Cuernavaca, la ciudad de la eterna primavera, tuvo el privilegio de desarrollarse en una zona con belleza natural, pero que terminó destruyéndola.
TEXTO:
OMAR PANIAGUA SOTELO
PROFESOR DE LA ESCUELA DE TURISMO
FOTOGRAFÍAS:
FERNANDO RUIZ