Hijo, recuerda que hoy no debemos de enojarnos, ¡ya que es un día grande para nosotros!
Como año tras año, el pasado 23 de junio se llevó a cabo en Coatetelco el ritual conocido como el huentle a los airecitos, con el fin de hacerles una petición a estos pequeños espíritus (algunos los conocen como chaneques, deidades, ouajkes, duendes, etc.) para que haya un buen temporal de siembra. El huentle consiste en ir a dejar ofrendas a estos seres en diversos parajes en los montes cercanos al pueblo de Coatetelco.
Y bueno, como dice mi familia “la única regla es no enojarse ni reclamar, ya que es un día sagrado”.
¿Qué es lo que se ofrenda a los airecitos?
Cada huentle u ofrenda que se deja en un paraje consiste en una hoja de maíz o totomoxtle que contiene pollo (este debe de tener poco tiempo de nacido), así como 9 a 12 tamalitos nejos (aproximadamente de 1.5cm). Este totomoxtle se acompaña de mole de semilla de pipián que se sirve en dos cazuelitas de barro, y se acompaña de dos jarros pequeños de tepache (aguardiente de caña, limón y piloncillo) que se prepara un día antes del recorrido. Tanto las cazuelas como los jarritos deben de ser de barro totalmente nuevos. Asimismo, se colocan dos velas de cebo, dos laguililis (estandartes o cruces) que son varas de ocote con dos pedazos de índigo envuelto con estambres de colores del arcoíris y el sahumerio que con el humo va a ayudar en el llamado de los airecitos.
La organización comunitaria
Llevar a cabo este ritual requiere de una gran organización desde meses antes, cuando se dan a conocer las familias voluntarias (anfitriones o padrinos) que serán dos, la de la cuadrilla norte y la sur, así la gente de la comunidad apoya con cooperaciones ya sea en especie o con alguna aportación económica para la compra de los insumos del huentle. Los preparativos inician un día antes, y la gente se organiza para hacer el tostado y el molido de la semilla de calabaza para el pipián, la preparación del tepache, la cocción de nixcómil, etc. El día 23 de junio empieza la jornada desde de 6:00 a.m. y al llegar a la casa claramente se ve como se dividen las tareas, generalmente, las mujeres apoyan en la preparación de los alimentos, tanto de lo que se va ofrendar, así como lo que se ofrece a las personas que realizan el recorrido; los hombres generalmente se encargan de hacer otros alimentos relacionados con la carne del marrano previamente sacrificado así como de repartir el tepache y los utensilios.
Una vez que se ha concluido con la repartición de las ofrendas y la organización por grupos para realizar los recorridos en la zona norte y sur, las cuadrillas emprenden el recorrido entre 11:00 y 12:00 del día, lo cual es una jornada de alrededor de 8 horas. Cada cuadrilla lleva ofrendas para entre 10-11 parajes. Es un recorrido largo pero gratificante pues en el andar hay integración entre los acompañantes y con mucha fe se hacen las peticiones a estos seres para tener suficientes lluvias que puedan darnos alimentos.
Al día de hoy, podríamos decir que los airecitos han escuchado a la gente de Coatetelco, pues desde el días 24 de junio no ha parado de llover, esto ayuda a la tierra y a nuestra laguna….
Me enorgullece ser originario de Coatetelco, con muchas ganas de continuar con esta tradición. Si te gustaría conocer más sobre este ritual puedes participar el siguiente año apoyando en la preparación del huentle y el recorrido.
TEXTO:
JOSÉ ARMANDO CORNELIO TIRZO
ESTUDIANTE DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM
FOTOGRAFÍAS:
GAEL NAVARRO MUÑOZ
EGRESADO DE LA ESCUELA DE TURISMO UAEM