MTRA. XÓCHITL SOLÍS SORIANO
Profesora de la Escuela de Turismo UAEM
FOTOGRAFÍAS: XÓCHITL SOLÍS SORIANO
En el marco del carnaval de Tepoztlán, que cada año inicia sus festejos antes del miércoles de ceniza, se dejan escuchar los clásicos sones y melodías de las bandas de viento, que acompañan el tradicional Brinco del Chinelo.
Las festividades del carnaval comienzan el día viernes, y este año fue el 28 de marzo. En esta jornada, se dedica un espacio para que los niños de las escuelas de la comunidad se concentren en la explanada del zócalo, vistan la clásica indumentaria, bailen el Chinelo y participen en las tradiciones y festejos que, más adelante, les darán identidad y sentido de pertenencia al lugar que los vio nacer y crecer.
El sábado, las bandas de viento comienzan a sonar a partir de las 15:00 horas, para luego recorrer las calles y hacer una parada en Xolalpa, donde interpretan las tradicionales mañanitas a la Virgen de Guadalupe. Lo curioso de este acto es el simbolismo de respeto y veneración, ya que, sea carnaval, fiesta patronal o evento cívico, la banda siempre acude a este recinto.
Una vez que entonan las mañanitas, regresan a la plaza cívica para la presentación de las bandas. Este día, junto con el domingo, es cuando se recibe la mayor afluencia de visitantes de distintos destinos, quienes se dan cita para disfrutar del evento. Es inevitable que entre ellos surjan opiniones sobre qué comparsa tiene la mejor banda de viento y el mejor ambiente festivo.
Contrario a lo que muchos piensan, el sábado no hay Brinco de Chinelo. Ese día solo se realiza la presentación de las bandas. El domingo, sin embargo, las comparsas salen a las 15:00 horas de sus barrios para dirigirse al primer plano del zócalo. Una hora después, se da inicio oficialmente al tradicional Brinco, con una importante cantidad de personas ataviadas con el representativo traje de chinelo, quienes se turnan para ondear las banderas que las representan como comparsa. Este ritual se repite los días lunes y martes, que son los días de duración del carnaval en Tepoztlán.
Las cuatro comparsas del municipio juegan un papel protagónico en esta festividad. El sábado, aproximadamente a las 19:00 horas, hacen un recorrido por las calles, acompañadas por un tumulto de gente que disfruta danzar al son de las notas musicales. Durante este recorrido, se turnan para ondear sus banderas, que las representan como comparsa.
Las comparsas son: San Miguel, representada por una lagartija; Santa Cruz, por un cacomixtle; Santo Domingo, por un sapo; y Santísima, por la hormiga. Se cree que los animales que representan a cada comparsa fueron elegidos porque son los que abundan en el barrio de origen de cada una. Cada año, estas banderas son cambiadas, generalmente por familias de la comunidad que las donan. Así, cuando la comparsa recibe su bandera anual, se acompaña de música y es recibida con alimentos y bebidas, lo que hace más ameno y significativo este suceso.
Según los pobladores de uno de los barrios, la bandera de cada comparsa, además de su animalito que le da identidad, también incluye, en ocasiones, elementos de sátira, protestas contra el gobierno o incluso homenajes. Esto depende del contexto social, político u otro que esté viviendo el municipio.
El carnaval de Tepoztlán es mucho más que una fiesta; es una manifestación viva de la identidad y las tradiciones de su gente. A través de sus comparsas, el Brinco del Chinelo y las melodías de las bandas de viento, se celebra no solo la cultura local, sino también la unión y el amor por el lugar que ha sido testigo de su crecimiento y evolución. Cada año, este evento reúne a los habitantes y a los visitantes en un ambiente de camaradería y festividad, recordándonos la importancia de preservar nuestras raíces y compartirlas con las nuevas generaciones. Así, Tepoztlán se mantiene fiel a sus tradiciones, sin perder de vista su esencia y siempre renovando su energía para que el carnaval siga siendo un símbolo de alegría y pertenencia para todos.