"El azúcar esta presente en la mayoría de los productos procesados que encontramos en los supermercados y no es fácil desengancharse de ellos ya que su elevado contenido en azúcar, grasa poco saludable y sal, los hace altamente adictivos", dice Natàlia Calvet, coach y experta en hábitos saludables. Según esta experta, "se necesitan 3 pasos para conseguirlo: aprender a comer bien, aprender a leer las etiquetas y tomar conciencia de cómo nos alimentamos". Además, el soporte de otras personas es esencial para alcanzar la meta, por eso la coach propone un reto: "7 días, 0 % azúcar añadido". En compañía, todos a la vez.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que como máximo un 10%, y mejor aún, que sólo un 5%, de las calorías diarias provengan de los azúcares libres (azúcar, miel, zumos, jarabes y azúcares añadidos a los productos). Esto en una dieta estándar de 2.000 kilocalorías es un máximo de 25 g. Pero solamente un refresco de cola contiene 35 g de azúcar. "El problema es real y clarísimo", dice Calvet. "Necesitamos reducir el consumo de azúcares añadidos de manera urgente e importante". Estos son los tres pasos que propone la coach para lograrlo.
Aprender a comer bien
La base de nuestra alimentación deben ser verduras y hortalizas e incorporar 3 frutas cada día. Deben suponer como mínimo el 50% de lo que comemos en cada comida. Otro 25% de nuestro plato deben ser proteínas saludables (huevo, legumbres, pescado, carne...) y el otro 25% cereales integrales o tubérculos (arroz integral, pasta integral, patata). Sin olvidarnos de consumir grasas saludables en todas las comidas (aceite de oliva, frutos secos, aceitunas, aguacate...). Y la mejor opción para beber siempre es el agua.
Nos recuerda la experta que los azúcares que se encuentran en frutas (enteras), verduras y lácteos no se consideran azúcares libres y no tienen el mismo efecto perjudicial para la salud.
Aprender a leer las etiquetas
"Muchas personas no miran lo que contiene aquello que compran y es esencial hacerlo", dice Calvet. "Si comes de manera saludable, necesitarás comprar muy pocos alimentos con etiqueta, pero los que compres, debes revisar en los ingredientes si contiene azúcar y en la tabla nutricional la cantidad", sigue la coach. "El azúcar tiene muchos nombres, así que hay que fijarse bien: azúcar, dextrosa, fructosa, maltodextrina, jarabe de, sirope de, maltosa, glucosa, miel... Los edulcorantes (sacarina, acesulfame, aspartame, xilitol, sorbitol, maltitol...) tampoco son una buena opción ya que la evidencia científica parece indicar que pueden alterar el centro de recompensa del cerebro y el metabolismo", añade.
Calvet opina que la información que encontramos en las etiquetas no es clara. "En la tabla de composición nutricional aparecen juntos los azúcares intrínsecos de los alimentos y los añadidos. Así, un yogur natual, por ejemplo, indica que contiene 5g de azúcar, pero se refiere a la lactosa natural del propio yogur. Un yogur de sabores, en cambio, puede tener hasta 15g de azúcar, entre los que se encuentra la lactosa y los añadidos" puntualiza la coach.
Tomar conciencia de lo que comemos
Y cómo nos afecta. "Ser consciente de porqué es importante para cada uno dejar de tomar tanto azúcar añadido y mejorar la alimentación también es fundamental", apunta Calvet.
Pero la clave para conseguir desengancharse del azúcar, según la experta, es hacer el proceso acompañado. Por eso propone un reto: "7 días sin azúcares añadidos". Desde septiembre más de 6.500 personas se han unido al reto, han tomado conciencia y han aprendido a comer mejor y a cuidarse.
"El hecho de hacerlo con más gente da la fuerza y la motivación necesaria para conseguirlo." Nos explica Calvet. "Compartir ideas, recetas y experiencias lo convierte en un proceso más fácil y llevadero. Ya que no debemos olvidar que vivimos rodeados de productos llenos de azúcar y dejar de consumirlos es ir, un poco, contracorriente".
Queda claro entonces que es posible y necesario desengancharse del azúcar, tomando conciencia, aprendiendo a comer y a leer etiquetas y, sobre todo, sintiéndote acompañado y apoyado en el proceso.
Fuente: ELLE