La respiración es un método infalible para calmar a un niño ansioso. Algo tan simple funciona muy bien para tranquilizar a los niños cuando se enfadan, se sienten tristes o pierden el control. La ciencia lo confirma. Un estudio reciente realizado por Mark Krasnow, profesor de bioquímica de la Universidad de Stanford, encontró que la respiración tiene un potente efecto sobre la actividad cerebral.
Abrazar a tu hijo y ayudarlo respirar profundamente cuando se siente ansioso o intranquilo funciona mejor que cualquier otra técnica a la hora de calmarlo. Los adultos no somos los únicos que sentimos estrés, perdemos a veces el control o nos sentimos irritables. A los niños también les pasa, y ayudarlos a tranquilizarse hasta que pase la tormenta es clave para que aprendan a controlarse y a gestionar mejor sus emociones.
Estoy convencida que si en las casas y en los colegios se le diera más importancia a la respiración consciente, seríamos todos un poco más equilibrados.
La actividad rítmica de un grupo de neuronas en el tronco cerebral inicia la respiración. Este grupo, se compone a su vez, de un subgrupo de neuronas que juegan un papel clave en el estado de alerta, la atención y el estrés. El centro de respiración tiene una influencia directa en la función cerebral.
La respiración lenta y controlada se ha utilizado durante siglos para promover la calma mental, y se utiliza clínicamente para suprimir la excitación excesiva, tales como ataques de pánico. Sin embargo, se desconoce la base fisiológica y neural de la relación entre la respiración y la actividad cerebral.
En el estudio que mencionamos, realizado con ratones, los investigadores hallaron una subpoblación de neuronas generadoras del ritmo de respiración primaria, que regula el equilibrio entre la calma y la excitación, lo cual indica que la respiración es clave en ese proceso.
Tres técnicas de respiración para niños
La respiración es un mecanismo fantástico para tranquilizar al niño, y puede hacerse en cualquier momento, ya sea cuando se sienta intranquilo, tenga una rabieta o como un simple ejercicio diario.
1.- Técnica del 5-2-6
Cuando veas que tu hijo ha explotado o está a punto de explotar, busca un sitio apartado y ayúdale a respirar para que se calme. Podéis recurrir a lo que yo llamo la técnica del 5-2-6 de respiración pausada. Inspiro contado hasta 5, mantengo 2 y suelto contando hasta 6.
2.- Técnica del globo
Dile al niño que se imagine que es un globo que lentamente se va hinchando inspirando por la nariz. A medida que el globo se va llenado de aire el niño tiene que levantar los brazos para llegar a un tope y luego deshincharse, expirando el aire por la boca y bajando lentamente los brazos.
3.- Técnica de la flor
Como si estuvieran oliendo el perfume de una flor, tienen que inspirar profundamente por la nariz todo lo que puedan y luego expulsar el aire por la boca. Cada vez deberán hacerlo más lentamente controlando el ritmo de respiración.
Cerrar los ojos y hacer respiraciones profundas es un gran método para conseguir relajar cuerpo y mente. | Bebés y más