Ya sea por qué cortaste con tu ahora ex pareja o por cualquier otra razón, llorar puede ser muy bueno para tu salud, ya que mediante el llanto depuras tu mente y cuerpo provocando diversas reacciones que pueden ser bastante provechosas para el organismo, como por ejemplo, fortalecer tu sistema inmunológico, entre otros beneficios.
Razones para llorar hay muchas y todas son válidas, pues soltar unas cuantas lágrimas es de hecho algo muy bueno pero que desafortunadamente siempre se ha catalogado como vergonzoso, algo que no se debería expresar en público, es un signo de “debilidad”, especialmente en el caso de los hombres.
No obstante, como fenómeno exclusivo de los seres humanos, llorar es una respuesta totalmente natural a una variedad de emociones, desde una profunda tristeza y dolor hasta una felicidad y alegría extrema y que, de acuerdo con la Universidad de Harvard, es bueno para nuestra salud.
Los beneficios médicos del llanto se conocen desde hace cientos de años. Los pensadores y médicos de la antigua Grecia y Roma establecían que las lágrimas actúan como un purgante, que drena y purifica.
Algo que coincide completamente con el pensamiento psicológico actual donde se enfatiza el papel del llanto como un mecanismo que nos permite liberarnos del dolor emocional y el estrés, que bien sabemos que en exceso, nos puede provocar severos daños a la salud.
Es necesario entender que el llanto va de la mano tanto de lo físico como de lo psicológico, por lo que es una “válvula de seguridad” muy valiosa que no debemos ignorar y mucho menos reprimir. De hecho, lo que los psicólogos llaman afrontamiento represivo, puede ser de lo peor para nuestro bienestar.
Distintos estudios han relacionado el afrontamiento represivo o aguantarse las ganas llorar con un sistema inmunológico menos resistente, enfermedades cardiovasculares e hipertensión, así como con problemas de salud mental , como el estrés, la ansiedad y la depresión. En cambio, se ha demostrado que el llanto aumenta el comportamiento de apego , fomenta la cercanía, la empatía y el apoyo de amigos y familiares.
Como dato curioso, resulta importante también mencionar que existen tres tipos de lágrimas: lágrimas reflejas, lágrimas continuas y lágrimas emocionales. Las dos primeras realizan la importante tarea de eliminar los escombros como el humo y el polvo de nuestros ojos, así como lubricarlos para ayudar a protegerlos de infecciones. Su contenido es de 98% agua.
Las lágrimas emocionales en cambio, aquellas que eliminan las hormonas del estrés y otras toxinas de nuestro sistema, son las que ofrecen la mayoría de los beneficios para la salud. Los investigadores han establecido que llorar libera oxitocina y opioides endógenos, mejor conocidos como endorfinas las cuales nos ayudan a sentirnos bien, a aliviar el dolor físico y emocional.
¿Cuándo no es bueno llorar?
Llorar es bueno, siempre y cuando esto no se convierta en un problema crónico, es decir que ocurra con demasiada frecuencia y/o sin razón aparente, o cuando el llanto comience a afectar las actividades diarias o se vuelva incontrolable.
Por el contrario, es posible que las personas que padecen ciertos tipos de depresión clínica en realidad no puedan llorar, incluso cuando tengan ganas. En cualquiera de estas situaciones, sería mejor consultar a un profesional médico que pueda ayudar a diagnosticar el problema y sugerir el tratamiento adecuado.
Finalmente, nunca hay que olvidar que por más desafiante que sea, la mejor manera de manejar los sentimientos difíciles, incluida la tristeza y el dolor, es abrazándolos. Es muy importante permitirse llorar si así se desea, pues aunque el llanto este comúnmente asociado con el duelo o con la depresión, en realidad puede ser más un signo de curación personal realmente poderoso.
Con información de la Universidad de Harvard.
