Si ya no te enganchas en discusiones sin sentido con tu pareja, probablemente es porque has trabajado mucho tu autocontrol. Cuando aprendes a hacerte cargo de ti misma, tu vida da un giro positivo.
Y no hay nada mejor que vivir un amor donde reinan la empatía y la comprensión. Eso no quiere decir que no vaya a haber momentos complicados, sencillamente se enfrentan desde una mejor posición.
Desde que éramos pequeños, se nos contaba que las niñas maduran antes que los niños y parece que tenían razón. Sin embargo, es la toma de conciencia que hacemos ya como adultos la que mejora significativamente nuestra existencia.
¿Cómo saber que eres más emocionalmente madura que tu pareja?
Si, para empezar, la soltería no te da miedo y estar en una relación es una decisión y no una necesidad, ya estás del otro lado. Además, hay otras tantas señales de que estás mejor que nunca contigo misma y tu salud mental:
- Te vistes tal y como quieres. Ya no te preocupa qué es lo que va a pensar tu pareja porque sabes que debe respetar tu individualidad. Por supuesto, también lo aceptas con todo y esos shorts que no te gustan nada.
- Tomas las riendas en las discusiones. Tienes muy claro que pelear frente a tus hijos puede dañarlos física y emocionalmente, sin embargo, no te quedas callada, sino que expresas lo que sientes sin caer en provocaciones e insultos.
- Dices lo que sientes. Hablas acerca de tus sentimientos y no te guardas un ‘te amo’ para otro día. También expresas tus necesidades, pero lo haces desde la asertividad y la empatía.
- Tienes redes de apoyo. Más allá de tu pareja, sabes que la maternidad, y la vida misma, deben vivirse en compañía de amigas y compañeras que atraviesen por el mismo tipo de situaciones que tú.
- No temes disculparte y reconocer tus errores. No necesitas que él te diga que se equivocó para, entonces, disculparte también. Lo haces por ti y el ego ya no te empaña la vista.
- Buscas hacer acuerdos. No estás obsesionada con casarte y estás dispuesta a hablar con él para definir la situación emocional que más les convenga a ambos. Sabes que la felicidad no está en el matrimonio sino en el compromiso.
- Te alegras por sus logros. Entiendes que tu pareja y tú no están compitiendo. Sabes qué es lo que mereces y estás dispuesta a permanecer en una relación solo si lo recibes
En pocas palabras, has dejado de aparentar que todo marcha bien para aceptar y gestionar lo que sientes priorizando tus necesidades, pero jamás dejando de lado las de él.
¿Crees que eres más emocionalmente madura que tu pareja? Si es así, dale su tiempo y apóyalo solo cuando así lo decida.