Seguramente has escuchado en más de una ocasión la famosa frase “lo que te choca, te checa” y desafortunadamente, tenemos algo importante que decirte: también aplica para tu familia.
Y es que si peleas mucho con un hijo en específico no es porque te caiga mal, ni mucho menos, se debe a que es el más parecido a ti.
Lidiar con los hijos puede ser todo un reto ya que suelen sacar lo mejor y lo peor de ti, sin duda poco a poco exploran partes de tu personalidad que quizá desconocías e incluso te hacen sentir como que “todo lo haces mal”. Incluso llegas a pensar si demasiadas discusiones no son un aviso ante la forma de crianza que llevas.
Sin embargo, de acuerdo con los psicólogos, si peleas mucho con un hijo se debe en gran medida a que es el más similar a ti. Y sí, sabemos que las peleas siempre son recurrentes, pero una incidencia demasiado frecuente tiene algo detrás.
Los terapeutas familiares especifican que cada uno de los integrantes de la familia pueden poseer ciertas características específicas y personalidades; pero al mismo tiempo esto también hace que entre ciertos miembros haya mayor coincidencia, a su vez, mayor riesgo de enfrentamientos.
¿Por qué hay más discusiones cuando se trata de un hijo en específico?
De acuerdo con la Psicología, a los padres les incomoda e incluso les molestan ciertas actitudes o acciones que ellos mismos tienen, pero no es hasta que ocurre algo que consideran que esto es algo que deberían cambiar o mejorar en su comportamiento.
Y aquí aplica el viejo dicho de que tus hijos son un reflejo de tus actos, ya que puede ser molesto que tus pequeños no sean organizados, quizá esto se debe a que tú tampoco eres muy disciplinado con los temas relacionados con la limpieza del hogar.
Lo mismo ocurre con algunas actitudes; inconscientemente peleas más con ese hijo que te recuerda a ti mismo… Constantemente te preguntas “¿de dónde pudieron adquirir esas actitudes?” porque no quieres admitir que gran parte es porque tú también actúa así.
Sostener demasiada discusiones con un hijo en específico recibe el nombre de “proyección” en la disciplina que trabaja con la psique de las personas; es un mecanismo mediante el cual los seres humanos no se quieren responsabilizar de sus actos o enseñanzas. Niegan esos comportamientos como propios e irrita verlos en reflejados en alguien más.