No son pocas las personas que establecen una relación conflictiva con la comida, pues recurren a ella no solamente para satisfacer una necesidad fisiológica, sino para tratar de evadir sus problemas personales. A esto los expertos le llaman alimentación emocional.
Cada vez existe una mayor tendencia a tratar de lidiar con los problemas a través de los alimentos. Esto lejos de ser un hábito saludable puede conllevar mayores conflictos.
“Uno de los problemas con la alimentación emocional es que afecta cómo te sientes físicamente. Comer en exceso puede reducir tu nivel de energía, causar dolores de cabeza y, en general, lleva al aumento de peso”, afirma Kasey Kilpatrick, nutrióloga del Hospital Houston Methodist, a través de un comunicado.
Y no: esto no resolverá tus conflictos. “A menos que te centres en la emoción subyacente que te hace comer y la enfrentes, continuarás luchando por controlar la alimentación por razones emocionales” sostiene la especialista.
FORMAS DE SUPERAR LA ALIMENTACIÓN EMOCIONAL
Lo primero que debes hacer para evitar comer como un hábito recurrente, ante la ansiedad que te provoca una situación problemática, es reconocer el comportamiento sin juzgarte a ti mismo.
“El juicio personal va acompañado de vergüenza, culpa y emociones fuertes que aumentan aún más tu carga, haciendo que sea muy difícil de procesar y afrontar lo que estás sintiendo.”
De acuerdo con Kasey Kilpatrick el segundo paso es encontrar “una solución emocional a tu problema emocional.”
Esto implica que reemplaces los alimentos con alguna de las siguientes recomendaciones:
- Estrés: ejercicios de respiración, meditación o simplemente encontrar un sitio tranquilo al cual puedas ir a pasear, como un bosque o algún parque poco concurrido.
- Soledad: busca estar en contacto frecuente con amigos y conocidos, envíales mensajes de texto o hazles una videollamada.
- Tristeza: haz una lista de las cosas por las que estás agradecido.
- Aburrimiento: aprovecha el tiempo para terminar un proyecto, leer un libro o ver una película.
- Ansiedad: pasa el tiempo con tu mascota, acude a un amigo y si crees que es necesario busca ayuda profesional de un consejero o terapeuta.
De esa forma, podrás superar la alimentación emocional para establecer una relación más sana con la comida.