Lograr que tus hijos duerman toda la noche podría convertirse, sobre todo en ciertas etapas, en una misión imposible. Sin embargo, hay muchos padres que ya han recurrido al polémico método Ferber y lo han conseguido, pero ¿el fin justifica los medios?
Y es que el sueño no solo es necesario para el cuerpo, también es importante para el cerebro. Cuando un niño no duermen las suficientes horas (según la edad que tenga), puede sufrir irritabilidad, problemas de atención y memoria.
Aunque también hay algunas excepciones a la regla, un niño que duerme poco también podría ser un niño superdotado. Pero para llegar a un diagnóstico correcto, hay que llevarlo a una consulta especializada y cambiar el tipo de educación que recibe.
¿En qué consiste el Método Ferber?
Así como hay mamás que recurren al ruido blanco que ayuda a los bebés a dormir mejor, están los padres y madres que han decidido solucionar los problemas de sueño de sus hijos con el método que hizo popular el pediatra Richard Ferber en la década de los 80.
Consiste básicamente en dejarlos llorar hasta que se queden dormido. También se puede recurrir a la extinción gradual, que trata de entrar en la recámara del bebé a intervalos de tiempo cada vez más largos.
Según Ferber, debe aplicarse a partir de entre los 3 y 5 meses de edad y es crucial poner al bebé en su cuna cuando todavía está despierto, pero somnoliento. Tiene que ver con su capacidad de autocalmarse.
Al respecto, estudios de la Academia Americana de Medicina del Sueño, revelan que los tratamientos más eficaces para el insomnio en niños son la extinción (y la extinción gradual), junto con las rutinas previas al sueño.
¿Cómo ponerlo en práctica?
Primero, acuesta a tu bebé, pero hazlo de forma cálida. Cuéntale un cuento o cántale una canción y sal de su recámara.
Si llora, deja que lo hagas unos 5 minutos la primera vez. Si persiste, puedes acudirlo a consolarlo, pero sin levantarlo de la cuna.
Y si llora nuevamente, en vez de esperar 5 minutos, espera 10. Después 15 y así sucesivamente.
Aunque hay muchos seguidores del método Ferber, sus detractores afirman que dejar llorar a los bebés por largos periodos de tiempo puede traer consigo afectaciones emocionales importantes y síntomas de ansiedad, inseguridad, desconfianza o baja autoestima.
La decisión es tuya: ¿dejar llorar a tus hijos para que se duerman?