El pastelazo es una de las tradiciones de cumpleaños más arraigadas en México. Empujar al cumpleañero puede ser muy divertido para algunos, pero para otros puede ser una verdadera tortura. Te contamos por qué no deberías aventar a un niño al pastel.
Y aunque se desconoce el origen exacto la tradición, parece ser que tiene mucho que ver con la costumbre de aventar pastelazos a los actores de teatro callejero cuando la función salía mal.
Sin embargo, aventar al cumpleañero al pastel podría ser muy mala idea. El peligro es inminente y, en tiempos de COVID-19, todavía más. La presencia de bacterias en el pastel puede infectar a la familia entera.
¿Por qué no deberías aventar a un niño al pastel?
Aunque estamos hechos de tradiciones, también tenemos la capacidad de adaptarnos a los nuevos tiempos y sus necesidades. Ya es hora de analizar los riesgos de aventar a un niño al pastel.
Estas son las razones por las que podría salir mal:
Una quemadura. Aunque la costumbre dicta que primero se apagan las velas del pastel y luego viene la ‘mordida’, hay velas que se vuelven a encender después de soplar, así que hay que tomárselo con calma.
Palillos en el pastel. Para armar un pastel de varios pisos, en el caso de los drip cakes o para sostener algún tipo de decoración, algunos pasteleros usan soportes, palillos y otro tipo de artefactos.
Asfixia. Si el betún, la masa, el merengue o la fruta entran por las fosas nasales, pueden provocar desde un desmayo hasta asfixia. Es un riesgo que definitivamente no vale la pena correr.
Contagio. Y no solo de la infección con el nuevo coronavirus, pues basta una exhalación para transmitir todo tipo de virus y bacterias. Una pequeña infección bucal, a pesar de que no haya síntomas, puede enfermar a todos los invitados.
Cuida de tus hijos y del resto de tu familia cambiando algunas tradiciones que pudieran ponerlos en peligro.