Si a un adulto le pides que se comporte o que siga una indicación, es muy probable que entienda perfectamente a qué te refieres al dar esa orden; sin embargo, ¿qué es lo que entiende un niño cuando le pides exactamente lo mismo? La realidad es que órdenes como “Pórtate bien” o “Haz caso” son poco precisas, por lo que para un niño esto puede tener un sinfín de significados. Por eso, ahora te diremos por qué las ordenes son poco efectivas para educar a los hijos.
Al dar este tipo de órdenes, los adultos obligamos a los niños a reprimir su comportamiento normal sin darles ninguna explicación. Con esto no estamos conectando con sus necesidades y en lugar de acompañarlos emocionalmente, ofreciéndoles pautas claras y respetuosas, les estamos dando inconscientemente el mensaje de que para encajar con las normas sociales deben dejar de ser ellos mismos.
Es importante que como padres acompañemos a los niños en su proceso de crecimiento, por eso debemos hablarles sobre los límites de forma clara, proporcionada y positiva. Explicando a detalle qué son y por qué son importantes.
Razones por las que las ordenes son poco efectivas para educar a los niños
Un error muy común es decirle a los niños que para “portarse bien” debe “hacer caso” por tres razones muy importantes:
Anulamos su capacidad de decisión
Cabe aclarar que habrá momentos en los que los niños deben obedecernos sin ninguna condición cuando su seguridad o la de otros está en juego. Se trata de límites innegociables que los adultos debemos enseñarles a cumplir, explicándoles los motivos y las consecuencias de no hacerlo. Sin embargo, para que los niños se conviertan en adultos independientes, seguros de sí mismos y asertivos, no debemos educarlos con autoritarismo, continuas negativas y órdenes que busquen su sumisión.
No se hacen responsables de sus actos
Es fundamental dar al niño autonomía en su propio aprendizaje. Esto no quiere decir que debe criarse solo, los padres deben estar presentes para acompañarle y enseñarle que en sus propios errores encontrará la forma de seguir aprendiendo, así como de reparar las consecuencias de sus actos.
Impedimos el desarrollo de su autonomía
El objetivo de la crianza debe estar enfocado en educar a nuestros hijos para crecer libres, confiados y con criterio propio que les permita cuestionarse ciertas cosas o tomar sus propias decisiones en distintas situaciones. Es importante confiar en ellos, alentarlos y por supuesto, acompañarlos respetuosamente en su aprendizaje.