La avena se ha convertido un auténtico aliado en el desayuno. Este alimento contiene numerosos beneficios que pueden ayudar a mejorar nuestra salud digestiva y también funciona como barrera o regulador de determinadas enfermedades. Hablamos de un cereal muy versátil que se puede acompañar de diversas frutas, lácteos o dulces y que enriquecerá con seguridad la primera comida del día.
Con alto contenido en vitamina B6, la avena supone un gran escudo para nuestro sistema inmune. Pero no solo eso, consumir frecuentemente este alimento durante el desayuno será de gran ayuda para prevenir afecciones cardíacas y otras enfermedades como el cáncer, ya que su propiedad en ácidos grasos sirve para frenar o ralentizar la reproducción de las células cancerígenas.
Pero no solo esto, la avena contiene también un alto grado de fibra, por lo que ayuda a nuestro sistema digestivo y recubre la flora intestinal. Al consumirla en las primera hora del día, durante el desayuno, retrasamos la digestión y supone un alimento muy provechoso en la prevención del cáncer de colón.
La avena es muy positiva también en la alimentación para quienes sufren otro tipo de afecciones. Los pacientes con diabetes se suelen beneficiar de las propiedades que aporta la avena en el desayuno, debido a que este alimento contribuye al control del azúcar en sangre, regula el colesterol y ofrece energía.
Por otro lado, al ser de fácil absorción propicia la producción de serotonina, un compuesto que mejora el sueño y, por tanto, sirve para luchar contra el insomnio.
Pero cuidado. Como siempre, debemos saber que el consumo de la avena en el desayuno, como de cualquier otro ceral, debe ser moderado. Este alimento también presenta un alto contenido calórico, por lo que si ingerimos grandes cantidades en las primera horas del día podríamos subir de peso con facilidad.