Tomar el sol para lucir un bonito bronceado, incluso cuando el verano comienza a despedirse, puede convertirse en una auténtica obsesión para mucha gente. Sin embargo, exponer nuestro cuerpo durante un periodo prolongado a los rayos ultravioletas tiene numerosas contraindicaciones, entre las que se encuentra el riesgo de contraer una enfermedad de gravedad como el cáncer de piel.
Los expertos coinciden en que disfrutar de un "baño de sol" de forma moderada diariamente comporta importantes beneficios para nuestra salud. De esta forma, siempre que no excedas los 20 o 30 minutos al día de exposición solar no deberás preocuparte por contraer una enfermedad.
Tomar el sol con mesura, como hemos mencionado, tiene numerosos beneficios para nuestro organismo. El sol nos permite absorber la vitamina D, nutriente encargado, entre otras funciones, del fortalecimiento de nuestros huesos. Además, pasar este breve rato al sol contribuye a mejorar nuestro humor y nuestra autoestima al tener una mejor imagen.
Sin embargo, todos los excesos son perjudiciales e implican una serie de contraindicaciones. Tomar el sol de forma excesiva puede provocar algún tipo de enfermedad como el cáncer de piel, causar signos de fotoenvejecimiento o provocar importantes quemaduras.
El cáncer de piel en algunos tipos menos grave tiene probabilidades de curación pero puede llegar a ocasionar desfiguraciones. Por el contrario, tomar de forma excesiva el sol puede desarrollar un tipo de cáncer de piel más grave y común como el melanoma, responsable de la mayoría de muertes de esta enfermedad.
Entonces, ¿cómo podemos encontrar un equilibrio entre los beneficios y las contraindicaciones que conlleva tomar el sol? La respuesta está en medir siempre el tiempo que dedicamos a la exposición solar y utilizar siempre protectores frente a los rayos ultravioletas, ya que evitar los efectos nocivos del sol pero nos permitirá incorporar a nuestro cuerpo los nutrientes que necesitamos.