¿Alguna vez te has preguntado sobre el impacto que puede tener en la vida de tus hijos el estar en contacto constante con un dispositivo móvil? ¡Quítale el celular a los niños! Esta es la edad ideal para tener celular, según expertos.
Cal Newport, autor del libro Céntrate, afirma que “nadie debería tener un teléfono antes de los 16 años. De hecho, a los 18 tendría más sentido”, debido a que los jóvenes “necesitan sentir que están conectados a otras personas y desarrollar un sentimiento de pertenencia a un grupo que reemplace lo que les dan los videojuegos o el uso excesivo de las redes”.
El escritor estadounidense decidió escribir el libro Céntrate para hablar de la importancia de trabajar con profundidad y con la mayor concentración posible; en su publicación su libro hace una serie de recomendaciones entre las que destacan el abandono de las redes sociales, evitar mirar el correo electrónico cada pocos minutos y navegar por la red en busca de un poco de distracción durante las horas de trabajo.
En entrevista para El País, Newport habló de cómo la pandemia por COVID-19 llegó a cambiar nuestro estilo de vida por completo y de cómo tener redes sociales le impediría destinar tiempo a actividades como pensar y ser productivo. Incluso habló de cómo ayuda a sus hijos a gestionar el tiempo que dedican a estar en internet.
“Sabemos que las redes sociales les pueden generar malestar psicológico. Su cerebro no puede gestionar todo lo que les causan, así que soy un gran defensor de que no tengan un móvil inteligente con acceso a ellas, sino uno con el que solo puedan poner mensajes. Y hay que andarse con ojo con los videojuegos online porque están diseñados para ser increíblemente adictivos”, expresó.
Ahora que ya sabes cuál es la edad adecuada para tener celular, tómalo en cuenta
A partir de esta afirmación, el autor hace hincapié en que los jóvenes deberían poder acceder a los teléfonos móviles a partir de los 16 o 18 años, no antes.
“Gran parte de la comunicación entre adolescentes se ha trasladado de las redes sociales, a las aplicaciones de mensajería, así que el impacto social de no estar en esas redes sociales no es tan grande; creo que ahora resulta más sencillo eliminarlas de sus vidas”, afirma el autor quien insiste en que los jóvenes deben aprender a establecer interacciones sociales lejos de las pantallas.
El autor concluye que con el paso del tiempo a la gente le parecerá cada vez menos raro que una persona no tenga perfil en alguna red social, cada vez hay más y los intereses de los usuarios se diversifican.
Lo que es una realidad es que la vida frente a las pantallas seguirá siendo una constante pero que el impacto de estas tecnologías será neutral con respecto al trabajo.
“Vamos a seguir en un mundo de pantallas o virtual. Lo que va a facilitar que podamos hacer un trabajo a fondo y concentrarnos más va a ser algo de carácter filosófico, no lo va a resolver la tecnología. No tenemos un problema tecnológico que impida que hagamos el trabajo, sino un problema de gestión. Necesitamos replantearnos cómo trabajamos”, indicó el experto.