El limpiador facial con miel es una solución interesante para mantener el cutis saludable. No por nada, la miel es uno de los productos más apreciados en cosmética.
De otro lado, si lo haces en tu casa, mucho mejor. No solo te aseguras de utilizar productos naturales y de buena calidad, sino que también vas a ahorrar un buen dinero. Así mismo, puedes combinar con otros elementos para potenciar los beneficios.
Para elaborar tu limpiador facial con miel en casa solo vas a necesitar unos cuantos ingredientes y algunos minutos. En general, sirve para todo tipo de piel, pero está especialmente recomendado para los cutis grasos o con propensión al acné.
¿Cómo hacer un limpiador facial con miel en casa?
Hay varias maneras de hacer un limpiador facial con miel en casa. En principio, te vamos a enseñar a elaborarlo de tal manera que sirva para todo tipo de cutis y esté reforzado con las propiedades de otros productos.
Ingredientes
Para elaborar este limpiador facial con miel vas a necesitar los siguientes ingredientes:
- Aceite virgen de coco: algunos estudios muestran que este producto ayuda a tratar diversos trastornos dermatológicos. Calma, desinflama e hidrata.
- Vinagre de sidra de manzana: este producto ayuda a bloquear los síntomas de acné. Así mismo, contribuye a reducir las cicatrices.
- Aceite de árbol de té: una investigación estableció que este producto es muy eficaz para combatir el acné de leve a moderado. Además, no tiene los efectos secundarios irritantes de otros elementos, como el peróxido de benzoílo.
- El último ingrediente es, por supuesto, la miel. Respecto a las cantidades, hay que utilizar estos elementos en partes iguales.
Elaboración
Esta es la mejor parte. Para elaborar este limpiador facial con miel solo tienes que mezclar todos los ingredientes hasta que se conviertan en una pasta uniforme.
Si el aceite de coco está sólido, caliéntalo en una sartén. Luego coloca todo en un frasco de vidrio, tápalo y guárdalo en un lugar fresco.
Otras alternativas para preparar
Hay otro limpiador facial con miel que es mucho más fácil de elaborar, aunque no tiene tanta potencia como el anterior. En este caso, solo debes utilizar 3 cucharadas de miel y el zumo de un limón. Mezcla bien y aplícalo sobre el rostro, haciendo suaves masajes.
Tienes que dejar actuar por 20 minutos y luego retirar con agua tibia. Lo recomendable es que hagas esto una vez a la semana.
Se le considera una buena opción para las pieles con acné activo. De otro lado, también podrías hacer un jabón de miel. Enseguida te explicamos cómo.
Jabón de miel
Este jabón sirve para el rostro y para todo el cuerpo. Para hacer unas 8 onzas vas a necesitar los siguientes ingredientes:
- Jabón de Castilla: ¼ de taza.
- Miel: ¼ de taza.
- Agua destilada, hervida, de rosas o de coco: ¼ de taza.
- 1 cucharadita de aceite nutritivo para la piel. Puede ser de jojoba, almendra, aguacate, oliva, albaricoque, argán.
- 12 gotas de aceite esencial: según tu elección.
- Mezcla todo y revuelve con lentitud, cuidando de que los ingredientes se integren bien. Después, ponlo en un dispensador de jabón. Agita antes de usar.
Consejos de uso para el limpiador facial con miel
El limpiador facial con miel se puede utilizar a primera hora de la mañana o bien antes de acostarte. Incluso, no hay problema si te haces la limpieza de mañana y noche con este producto. Lo indicado es aplicarlo directamente sobre el rostro.
Solo se debe dejar entre 20 y 30 segundos antes de enjuagar con agua tibia. Después, sécate muy bien el rostro. Toma en cuenta que este producto no es un desmaquillante, por lo tanto, debes retirarte el maquillaje antes de ponerlo.
Es importante que agites bien el frasco. A veces, los ingredientes tienden a separarse, por lo que es necesario volverlos a juntar.
Si presentas algún enrojecimiento o irritación después de aplicar el limpiador facial con miel, suspende por una semana. En caso que el problema persista, suspende por completo.
Si tienes un problema severo de acné, no utilices este producto hasta consultar con el dermatólogo. El mismo consejo aplica si notas alguna reacción extraña.