Hace unos días comí con la familia, y como ahora hay muchos chiquillos en ella, hicieron aparición los alimentos sin picante.
Ese día comeríamos enchiladas rojas, de esas levanta muertos de lo picantes que son, pero para los niños había entomatadas, y como últimamente la gastritis no me ha dado tregua decidí anotarme a la lista del menú infantil.
La verdad, cuando era niña no tenía ningún tema con la comida picante, pero creo que la prudencia de la edad me ha dicho que tengo que comenzar a disfrutar la comida sin morir enchilada en el intento. Por eso con mucha resignación recibí mi platito de entomatadas, pero cuál fue mi agradable sorpresa al probar un bocado de cielo, y pues tras varias horas de imprudente acoso, logré tener la receta que hoy les traigo a ustedes.
Ingredientes:
4 pz de jitomate guaje
1 diente de ajo
½ pz de cebolla blanca
1 cda. de aceite vegetal
Sal y pimienta
200 gr de queso cotija
Tortillas pasadas por aceite al gusto
Pollo cocido y deshebrado
Crema ácida al gusto
Cebolla blanca en aros al gusto
Frijoles refritos como acompañamiento
Procedimiento:
En una olla mediana, colocar los jitomates, cebolla y ajo cubiertos de agua a hervir por 15 minutos.
Licuar perfectamente y regresar al fuego, sobre un sartén alto con un poco de aceite caliente. Salpimentar y dejar que sazone a fuego medio.
Por otro lado, pasar las tortillas por aceite caliente y rellenar con pollo deshebrado.
Acomodamos en un refractario y bañamos con la salsa de jitomate.
Espolvorear con queso cotija y rayar con crema ácida, podemos darle un toque de horno y al servir, acompañar de cebolla en aros.