La Catrina, por décadas, se ha convertido en un ícono de la cultura de México. Con este personaje, las tradiciones mexicanas se han burlado de la muerte, además de jugar con ella, siempre con respeto y picardía.
Este personaje, inmortal con su traje, sombrero de ala con flores y expresión burlona, fue creado por artistas mexicanos en los tiempos de Porfirio Díaz.
El caricaturista mexicano José Guadalupe Posada fue quien creó a principios del siglo XX al personaje de “La Calavera Garbancera” como burla a los vendedores de garbanzo, nuevos ricos que adoptaban un estilo de vida europeo y negaban sus raíces indígenas.
Posada, en aquella época, caricaturizó a una calavera sonriente, ataviada con un sombrero de ala ancha adornado con flores y plumas. “La muerte es democrática, ya que, a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”, escribió.
Décadas después, el muralista Diego Rivera rebautizó a la “Calavera Garbancera” como “La Catrina” y tomó la caricatura de Posada para transformarla en la imagen mexicana por excelencia de la muerte que hoy se conoce en su obra “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”.
La palabra “catrín” se usaba para describir a un hombre vestido de manera elegante. La Catrina puede mostrarse de muchas formas: algunas veces alegre, vestida con la elegancia, deseosa de divertirse e incluso coqueta y seductora con los mortales.
Pero en otros momentos sorprende con su papel de la ‘huesuda’ que busca llevarse en cualquier momento a los humanos de este mundo.
¿Por qué la Catrina es una burla a la muerte?
Por años, el espíritu burlón hacia la muerte que manifiesta La Catrina se ha visto en la tradición mexicana de compartir “calaveritas literarias”, textos cortos, con origen en el siglo XIX que retratan la realidad de una situación, persona o país con un estilo irreverente.
Es decir, el objetivo de este personaje es hacer de la muerte una caricatura y un festejo.
Después de todo, el propósito, tanto de La Catrina como del Día de Muertos, es ver en la muerte un elemento unificador y un aspecto natural de la vida.