La sábila, también conocida como aloe vera, es una planta muy popular debido a sus increíbles beneficios para nuestra salud y belleza, pero además, es de cuidados muy sencillos y sirve para decorar tu casa de forma hermosa y armoniosa, es por eso que hoy te daremos tips de cuidado para que tu sábila crezca esta primavera.
Se trata de una especie de suculenta perenne que se caracteriza por sus hojas gruesas y carnosas con pequeños picos ‘espinas’ en los extremos, con una hermosa tonalidad verde. Se caracteriza por su alta productividad de gel y agua, pero contiene aminoácidos, minerales, ácidos grasos y polisacáridos.
Beneficios de la sábila para la piel:
* Aliviar las quemaduras leves
* Calmar la piel irritada
* Combatir la psoriasis
* Funciona como un regenerador celular
* Es cicatrizante
* Estimula la producción de colágeno y elastina
* Elimina las células muertas de la piel
* Es antiinflamatoria
* Calmante
* Contiene vitamina A, B1, B2, B6, C, E, ácido fólico y aminoácidos y polisacáridos
* Protege la piel de los radicales libres
* Suaviza la piel
* Hidrata la piel
* Tiene propiedades analgésicas
Tips de cuidado para que tu sábila crezca
- Plantación
- Como buena suculenta que es, la sábila requiere de un buen drenaje, abono orgánico y turba como base, es mejor colocarla en una maceta de barro
- Hay que introducir la planta hasta donde le nacen las hojas y dejarla un par de semanas hasta que se adapte, a partir de ese momento ya se puede regar
- Debe estar en una zona cálida y con cierta humedad, pero no se recomienda la luz directa en los días de más calor
- Cuando hayan pasado unos 20 días ya se puede colocar en una zona donde reciba luz natural
Cuidados
- Hay que regarla cada 15 días, en temporada de frío podemos espaciar aún más los riegos
- Debe tener un muy buen drenaje
- Esta planta necesita espacio
- Si vas a pasar temporadas largas fuera de casa recuerda que hay macetas de autoriego o puedes hacerlo tú mismo en casa
- Coloca tu sábila en un lugar donde le de la luz indirecta para que crezca sana, pues con la exposición prolongada de la luz del exterior le pueden aparecer manchas y quemarse
- Es muy sensible a los cambios a la temperatura, así que es mejor mantenerla lejos de las corrientes de aire o las rendijas de ventilación, sobre todo en invierno
- Entre riego y riego la tierra se debe quedar completamente seca