Ahora que la temporada de lluvia ha empezado, la realidad es que muchos de nosotros, no podemos evitar pensar en las ricas infusiones frutales, que además de quitarnos el frío, también saben delicioso combinan mejor que nunca con postres y bocadillos para comer o cenar. Por esa razón es que hoy queremos compartir contigo una receta para hacer una sabrosa infusión de durazno deliciosa.
El durazno es una de las frutas de las cuales pensaríamos que no se puede hacer una infusión, pero aunque no lo creas es posible y no sólo eso, sino que es exquisita y en estos días de lluvia y calor al mismo tiempo, podría caerle fenomenal a tu cuerpo, ya sea caliente o frío, como té helado.
El té de durazno es una bebida frutal que puedes acompañar con una sabrosa nieve de naranja o vainilla y hasta un bizcocho de naranja o de yogur, ya que al ser una fruta ligeramente cítrica, puede ajustarse con cualquier tipo de postre.
¿Cómo hacer una infusión de durazno?
La infusión de durazno no es una bebida convencional, puedes obtener ciertos beneficios al consumirla, como: mejorar la digestión o reducir el estrés, pero es importante tener en cuenta, que los beneficios pueden variar dependiendo de la calidad y la concentración de los ingredientes utilizados en la infusión de durazno.
¿Hojas o sobres?
Las infusiones de frutas suelen tener un sabor más suave que las hierbas o el té, por lo que es posible que necesites experimentar con las cantidades y tiempos de infusión para obtener el sabor deseado. Puedes utilizar bolsitas de té de durazno o agregar trozos de durazno fresco o seco a una infusión de té negro o verde.
Esta receta te rinde perfecto para un litro de infusión y te alcanza para 4 porciones de una taza estándar. La puedes hacer con hojas de durazno o en su defecto con un poco de pulpa hervida, como la receta que a continuación compartiremos contigo.
Ingredientes:
2 duraznos maduros (pueden ser frescos o congelados)
2 tazas de agua
Opcional: edulcorante natural, como miel o stevia (si deseas endulzar la infusión)
Procedimiento:
Lava los duraznos y córtalos en rodajas o trozos pequeños. Puedes dejar la piel si lo prefieres, ya que contiene nutrientes y sabor.
Lleva las rodajas o trozos de durazno y el agua a ebullición en una olla.
Reduce el fuego a temperatura baja y deja que los duraznos se cocinen a fuego lento durante unos 10-15 minutos.
Retira la olla del fuego y deja que la infusión de durazno se enfríe un poco.
Si deseas endulzar la infusión, puedes añadir un poco de miel o stevia al gusto y mezclar bien.
Cuela la infusión de durazno para retirar los trozos o rodajas de durazno.
Sirve la infusión de durazno caliente o déjala enfriar en el refrigerador para disfrutarla como una bebida refrescante.