Parece que todos hemos estado en esa encrucijada: terminas un delicioso yogur, una refrescante crema o incluso una sabrosa mantequilla, y te quedas mirando el contenedor vacío, indeciso sobre si debes tirarlo o reutilizarlo. Más a menudo que no, terminamos dándole una segunda vida a estos contenedores como prácticos recipientes para guardar alimentos. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado si esta práctica es realmente segura?
Recientemente, en medio de un ataque de curiosidad, nos sumergimos en una búsqueda para entender cuán saludable puede ser guardar alimentos en estos recipientes reciclados. Y nos encontramos con una dura realidad: puede que no sea tan seguro como pensamos. La tiktoker @updatemexico arroja algo de luz sobre este tema intrigante.
Los recipientes de alimentos se pueden clasificar en dos tipos: desechables y no desechables. Sorprendentemente, esos contenedores de helado, yogur o crema que parecen tan duraderos están diseñados para ser desechables. A pesar de ello, ¿quién no ha encontrado alguna vez frijoles donde esperaba ver yogur?
Entonces, ¿es seguro reutilizar estos envases de crema o yogur para guardar alimentos? Según nuestra experta tiktoker, estos recipientes "fueron diseñados para ser desechados. Podrían funcionar para guardar yogur una vez o dos, pero quizás no sean los más adecuados para guardar pollo o pescado". El problema, explica, radica en que "aunque el material parece encajar bien y sellarse, podría permitir la entrada de muchos microorganismos".
Pero el riesgo va más allá de la posible contaminación por microorganismos. Según la Profeco, los productos químicos contenidos en los contenedores de plástico podrían aumentar el riesgo de cáncer. Un ejemplo es el bisfenol A, una sustancia utilizada para endurecer el plástico, que podría contaminar los alimentos almacenados.
Además, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) advierte que el deterioro de estos recipientes facilita la entrada de bacterias y la liberación de sustancias tóxicas, especialmente cuando entran en contacto con alimentos o agua caliente. Según se menciona en la Revista del Consumidor, "esto puede afectar el plástico y aumentar la posibilidad de que los productos químicos del plástico que contienen Bisfenol A se propaguen a los alimentos".
Así que, la próxima vez que te encuentres a punto de guardar esos sobrantes de cena en un tóper reciclado, piénsalo dos veces. Tu salud podría estar en juego.