El mezcal es una joya mexicana, envuelta en leyendas, tradiciones y un sabor inigualable que refleja la esencia de nuestro país. Al mencionarlo, evocamos recuerdos de risas compartidas, historias contadas al calor del fuego y ese toque cálido en la garganta que solo esta bebida puede brindar. Y, ¿qué mejor manera de celebrar las fiestas patrias que con un mojito de mezcal?

El alma del mezcal:

La riqueza del mezcal no solo radica en su sabor, sino en toda la cultura e historia que lo rodea. No es simplemente una bebida; es una experiencia, una narración líquida de generaciones de mexicanos. Es el eco de tradiciones ancestrales y el pulso vibrante de fiestas y reuniones.

La complejidad del mezcal trasciende su proceso de producción, se trata de honrar tradiciones, valorar su impacto histórico y sumergirse en las anécdotas y mitos que se tejen en torno a esta bebida. Momentos inolvidables se crean alrededor de un vaso de veladora con mezcal, acompañado de naranjas espolvoreadas con sal de gusano.

Según investigaciones de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, aunque Oaxaca es a menudo aclamada como “la capital mundial del mezcal”, la verdad es que esta bebida emblemática posee una denominación de origen que abraza territorios en Durango, Guanajuato, Guerrero, Oaxaca, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas.

Un giro creativo:

Mojito de Mezcal Mientras el mezcal por sí solo es una experiencia sensorial, al fusionarlo con otros ingredientes en cocteles, se abren nuevas puertas de sabores. Tal es el caso del mojito de mezcal, una combinación que respeta la esencia del mezcal mientras introduce notas refrescantes típicas de un mojito.

Mojito de mezcal

Ingredientes

16 hojas de menta o hierbabuena.
1 oz de jugo de limón.
1 cucharada de azúcar.
Hielo, cantidad suficiente.
2 oz. de mezcal.
½ oz. de jarabe natural.
Agua mineral, cantidad suficiente.
1 twist de limón.
 

Preparación

Coloque en el vaso old fashioned la mitad de las hojas de menta o hierbabuena, el jugo de limón y el azúcar, macháquelos ligeramente con la mano de mortero. agregue hielos, el mezcal, el jarabe natural y las hojas de menta restantes; mezcle muy bien con ayuda de la cuchara bailarina. termine de llenar el vaso con el agua mineral. decore el mojito con el twist de limón.

Este septiembre, mientras ondea la bandera y se cantan las notas del Himno Nacional, no hay mejor brindis que hacerlo con un mojito de mezcal en mano. Es un tributo a nuestras raíces, un reconocimiento a la rica tapeztría cultural de México y, sobre todo, un sabor auténticamente patrio.