El romero, conocido científicamente como Salvia rosmarinus, es una planta que ha sido valorada durante siglos por sus múltiples beneficios para la salud. Incorporar romero en la dieta, ya sea en forma de té, infusiones o como condimento en la cocina, puede tener efectos positivos en el cuerpo, especialmente en el sistema digestivo.
El consumo de agua de romero es una forma popular de aprovechar sus propiedades. Esta planta actúa como un diurético natural, ayuda a mejorar la digestión al estimular la producción de jugos gastrointestinales, y tiene propiedades antibactericidas, antisépticas y fungicidas. Además, el romero es rico en antioxidantes y nutrientes esenciales como fibra, calcio, hierro, magnesio y vitaminas A, C y B6, lo que contribuye al bienestar general del organismo.
Sin embargo, su consumo debe ser moderado, ya que en exceso puede causar reacciones adversas como dermatitis o alergias. Además, no se aconseja su uso en personas embarazadas, en lactancia, o con problemas de cálculos biliares y epilepsia. Por ello, es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de incluirlo de manera regular en la dieta.