Un reciente estudio realizado por académicos de la Universidad de Limerick, publicado en la National Library of Medicine, sugiere que la caminata después de las comidas es una opción eficaz y agradable para aumentar la actividad física y mejorar la salud. Según los investigadores, caminar dentro de la primera hora y media tras cada comida puede reducir significativamente los niveles de glucosa en sangre, lo que ayuda a prevenir la diabetes tipo 2 y otras afecciones metabólicas.
Este enfoque resulta especialmente relevante en un contexto donde el sedentarismo, incrementado por el teletrabajo, se ha convertido en un problema común. Los expertos recomiendan interrumpir largos periodos de inactividad con caminatas breves y regulares, ya que estas tienen un impacto positivo en la salud cardiometabólica.
Además, un análisis complementario del Hospital Clínic-IDIBAPS de Barcelona destaca que caminar mejora la sensibilidad a la insulina, ayudando a controlar los niveles de azúcar en sangre. Las caminatas no requieren grandes esfuerzos ni equipo especial, lo que las convierte en una solución accesible para combatir el sedentarismo y mejorar la salud en general.