La polinización es crucial para la reproducción de las plantas, y se estima que el 80% de los cultivos alimentarios del mundo dependen de este proceso. Los polinizadores, como abejas, mariposas y murciélagos, facilitan la transferencia de polen desde los estambres hasta los pistilos de las flores, lo que permite la formación de frutos y semillas.
Sin embargo, diversos factores como la degradación de ecosistemas, el cambio climático, la contaminación y el uso de agroquímicos han puesto en peligro a estas especies vitales. Si los polinizadores se extinguieran, el impacto en la alimentación sería devastador. Frutas como los arándanos y guayabas, semillas como el café y el arroz, así como verduras como el jitomate y la calabaza, desaparecerían, lo que llevaría a una significativa reducción en la diversidad alimentaria.
Proteger a los polinizadores es esencial para asegurar la producción de alimentos y la salud de nuestros ecosistemas. Sin su contribución, la seguridad alimentaria global podría verse seriamente comprometida.