Pasar tiempo con gatos no solo mejora el estado de ánimo, sino que también tiene beneficios comprobados para la salud física y emocional. Acariciar y jugar con ellos reduce los niveles de cortisol, la hormona responsable del estrés, lo que ayuda a relajarse. Además, el ronroneo de los gatos estabiliza el ritmo cardíaco y fomenta la relajación.
Para los adultos mayores, tener un gato puede combatir la soledad y mejorar su autoestima al darles una responsabilidad. Estudios también indican que convivir con mascotas ralentiza el deterioro de la memoria verbal y otras capacidades cognitivas. Según el I Barómetro Felino, 9 de cada 10 dueños de gatos han experimentado mayor felicidad gracias a la compañía de sus felinos.
Acariciar a un gato libera oxitocina, la hormona de la felicidad, promoviendo sensaciones de calma y bienestar. Conectar emocionalmente con tu gato puede reducir el estrés, mejorar el ánimo y brindar una sensación de confort.