Cada 30 de marzo, desde 1988, se celebra el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, con el objetivo de visibilizar la importancia del trabajo doméstico y promover la defensa de los derechos de las personas que lo desempeñan, en su mayoría mujeres.
El valor del trabajo doméstico
Las trabajadoras del hogar realizan tareas esenciales para la vida cotidiana, como el cuidado de niños, personas mayores o enfermas, y la limpieza y preparación de alimentos. Este trabajo facilita el cumplimiento de las responsabilidades laborales y personales de las familias, siendo fundamental para el funcionamiento de la sociedad.
A pesar de su importancia, el empleo doméstico ha sido históricamente precarizado, con orígenes en sistemas de esclavitud y servidumbre, lo que ha llevado a condiciones de explotación y falta de reconocimiento de derechos laborales. En América Latina y el Caribe, muchas trabajadoras del hogar son mujeres indígenas o afrodescendientes, lo que profundiza las desigualdades de género y raciales.
Avances y desafíos en México
En México, se ha logrado un avance importante con la incorporación obligatoria de las trabajadoras del hogar al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que les otorga acceso a beneficios como atención médica, pensiones, y seguros de riesgos laborales y retiro. Sin embargo, solo 64,956 trabajadoras están inscritas en el IMSS, a pesar de que la reforma entró en vigor hace tres años.
Además, el salario promedio diario de las trabajadoras del hogar es de 362.7 pesos, lo que refleja la baja remuneración y la inestabilidad laboral en este sector.
El Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar sigue siendo un recordatorio de la necesidad de reconocer y mejorar las condiciones de quienes realizan este trabajo fundamental, promoviendo la igualdad de derechos y el respeto hacia su labor.