Lo que comenzó como una respuesta estudiantil a un caso de acoso homofóbico se convirtió en un movimiento global por el respeto y la inclusión.
Cada segundo miércoles de abril, millones de personas alrededor del mundo celebran el Día Internacional del Rosa, también conocido como el Día de la Camiseta Rosa. Esta conmemoración promueve la lucha contra el acoso, especialmente hacia personas de la comunidad LGBTIQ+. En 2025, la jornada tendrá lugar el 9 de abril, cuando se invita a portar prendas rosas como símbolo de apoyo y rechazo a la violencia, en favor de un entorno más respetuoso para todos.
El origen de esta fecha se remonta a 2007, en Nueva Escocia, Canadá, cuando dos estudiantes de secundaria reaccionaron ante un acto de intimidación. Según National Today, David Shepherd y Travis Price, ambos heterosexuales, presenciaron cómo un alumno fue agredido por llevar una camiseta rosa. En respuesta, compraron 50 camisetas de ese color y las distribuyeron entre sus compañeros para mostrar solidaridad al día siguiente.
El gesto se viralizó rápidamente y derivó en la creación oficial del “Pink Shirt Day” por la organización Jer’s Vision, posteriormente conocida como el Centro Canadiense para la Diversidad de Género y Sexual (CCGSD). Aunque existe otra fecha en febrero relacionada con el Día de la Camisa Rosa, más enfocada en combatir el acoso en general, la jornada de abril tiene un enfoque particular en visibilizar la discriminación hacia personas LGBTIQ+, empoderando a jóvenes a cuestionar normas sociales, exigir cambios en sus escuelas y promover la aceptación de la diversidad.
En 2012, más de ocho millones de personas ya participaban en actividades asociadas con esta causa. Desde entonces, la efeméride ha seguido creciendo y hoy no solo crea conciencia, sino que impulsa políticas educativas y entornos seguros para frenar el acoso y fomentar el respeto desde edades tempranas.
El rol del Centro Canadiense para la Diversidad de Género y Sexual
El CCGSD fue una organización clave en la difusión del Día Internacional del Rosa y en el combate a la homofobia y transfobia en Canadá, y posteriormente en México. Fundado en 2005, desarrolló por casi veinte años programas educativos y colaboraciones con escuelas para prevenir la discriminación y sensibilizar sobre temas de diversidad.
En 2015, Jer’s Vision cambió su nombre a CCGSD para reflejar una misión más abiertamente inclusiva. No obstante, en octubre de 2024 la organización cerró sus puertas debido a problemas económicos, declarándose en bancarrota. A pesar de su disolución, su influencia continúa vigente gracias a las campañas y proyectos que inspiró, como el propio Día Internacional del Rosa, que sigue siendo un símbolo de resistencia y empatía global.
Panorama de la comunidad LGBTIQ+ en México
En México, según la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) realizada en 2021 y citada por el INEGI en junio de 2024 con motivo del Día Internacional del Orgullo LGBTI+, el 5.1 % de la población mayor de 15 años —aproximadamente cinco millones de personas— se identificó como parte de esta comunidad. La mayoría eran jóvenes: 46.5 % tenía entre 18 y 29 años y 21 % entre 15 y 17 años.
Además, 1.3 millones de personas mayores de edad señalaron tener una identidad de género distinta a la normativa, lo que representa el 1.4 % de la población adulta. Sin embargo, el propio INEGI reconoció que esta cifra podría ser mayor debido al estigma social que impide a muchas personas hablar abiertamente de su identidad.
Los datos también revelan serias afectaciones en la salud mental de esta población a causa de la violencia y discriminación constantes: 88.7 % reportó sufrir estrés, 64.9 % mencionó haber sentido angustia o miedo, y el 50.9 % padeció episodios depresivos.
Estas cifras reflejan la llamada “discriminación estructural”, que según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), tiene raíces históricas y se perpetúa mediante estereotipos negativos que refuerzan el trato desigual hacia personas con orientaciones sexuales o identidades de género diversas.
El Día Internacional del Rosa representa, entonces, una oportunidad para reflexionar sobre los cambios necesarios en la sociedad. Demuestra que la solidaridad y la educación pueden ser herramientas poderosas para transformar realidades y construir un entorno más justo para todos.