Cuando las vacas vuelan, aquí en Los Alpes suizos significa que el verano está acabando. Y no, no es un refrán. Pero todo tiene un porqué.
Los animales heridos o enfermos durante la temporada de pasto necesitan atención médica. Trasladarlos a pie en sus condiciones no es viable. Por eso, un helicóptero se encarga de bajarlos de las montañas hasta la ciudad, donde las reses pueden recibir los tratamientos oportunos. Un viaje que se repite cada año.
En esta ocasión, sólo diez reses han volado del monte. El resto de la manada, un total de 1.000 cabezas de ganado, volverán a casa en los próximos días en una larga caminata hacia el otoño.