Una cifra importante para un partido sin cabeza, abusado nueve años por uno de los grupos que se disputan hoy la presidencia. Los registrados hayan llegado cómo sea a las mesas, deben preocupar al Partido Acción Nacional y a los que juegan con su proyecto, incluidos empresarios y medios de comunicación que no requieren de señalamiento directo cuando es pública su posición (Habrá tiempo de hablar aquí o donde sea necesario sobre éstos, auténticos mercenarios que buscan culpables de sus propias fallas y desmedidas ambiciones).
¿Quién va a ganar? Sobran días para conocerlo. El tema para todos es cómo un partido castigado durante nueve años por la sociedad, de pronto regresa a la cima y cuando las apuestas se doblan porque ha vuelto a su pobreza, sucede el evento de viernes, sábado y domingo donde la única evidencia contundente es una fuerte participación. ¿Qué lectura darle? Cada quien la que desee. Sin embargo, los hechos confirman al PRI como primera fuerza partidista en Morelos, encima y con notable diferencia sobre el que pudiera ser su inmediato perseguidor, el Partido Acción Nacional.
Así, de forma natural surgen acciones que en apariencia no tienen que ver con lo que hacen los priistas en su elección interna, pero los que saben no se chupan el dedo. No existen casualidades en la política, todos lo conocen. Como quedaron las cosas en la escena local tras el fin de semana, nos tocará observar acciones inéditas, alianzas que en la lógica política parecieran imposibles. Las vamos a ver porque lo que encontramos ayer en algunos medios, con la proclama de triunfo de una de las dos fórmulas (Julio Espín—Maricela Sánchez), es como el anuncio de una derrota anticipada y presagio de una dura lucha mediática, golpes bajos, con la complicidad de quien sea. Es obvio que en la estrategia de posicionamiento, había que dar “el parpadeón” con la aparición de encuestas que, todos sabemos, son amañadas, porque ninguno de los contendientes y el PRI nacional mismo no invierten en credibilidad contratando una casa encuestadora de mayor presencia y calificación, y no las que se han aparecido: puro negocio “patito”.
Para la dirigencia nacional tendrá menor costo una inversión a tiempo, que permitir se nublen las razones, se ensucien las herramientas y se coloque en duda un ejercicio que consta a propios y extraños: la participación de más de 123 mil ciudadanos que si bien los números podrían maquillarse, lo que se ve no se juzga, y vaya que llamó la atención la congestión de las mesas receptoras que instaló el PRI el fin de semana en la entidad. Falta conocer si con esas mismas podrán recibir los votos en tres semanas, lo que parece ilógico. Claro que lo que hacen los priistas es seguido por todos los demás partidos y actores políticos; así que imposible que otro evento marcara la agenda semanal, por más que se intentó, por ejemplo la ratificación de una denuncia de un regidor de Cuernavaca que aprovecha los únicos tres años de su vida política ante su famélica capacidad o el mismo partido en el gobierno que trató de meter dos o tres asuntos para contrarrestar lo que vivieron los priistas.
La premura por dar a conocer ventajas indiscutibles entre los priistas, debe tomarse también naturales, es parte de su propia condición, de su formación, de una escuela. Aunque la realidad indica que más allá de si Amado Orihuela o Julio Espín ganan– ambos sin el tamaño, talento y capacidad de otros presidentes del PRI como el carismático paisano, siempre bien recordado Pepe Catillo Pombo, el mismo Juan Salgado Brito o el caballero Víctor Samuel Palma César, ya ampliamente conocido y recontra registrado como el morelense que es en sus cinco vueltas al estado poblado por poblado—, el dato a considerar son los más de 123 mil personas, de carne y hueso, que se registraron para la contienda de este domingo en quince.
Vorágine
Como manden.— De pronto comienza a cansar la actitud cobarde de personajes que no sólo se creen dueños de sus negocios sino de las vidas de aquellos que colaboran en ellos. Un servidor tiene más de 30 años en este quehacer, sólo interrumpido breves lapsos por invitaciones a la tarea pública y en este momento no hay ninguna intención de ausentarse de lo que hacemos y nos gusta. Hemos dejado pasar avisos, chismes que llegan a través de buenas y mal intencionadas personas en relación a las últimas semanas que ha vivido este columnista. Nada fuera de lo normal que, sin embargo, a otros les inquieta de más. Ya estuvo. A partir de este día en el espacio que se pueda vamos a colocar las piezas como son y no como le conviene a estos personajes que nos sueñan. Lo saben pero lo ratificamos: una de las condiciones que nos vertebró desde niños es ir de frente y no contra terceras personas. Así que va el tiro: tope donde ajuste. Lo único cierto es que si envían mandobles escondiendo la mano, se la vamos a cortar para mostrarla a todos.