El viernes pasado tuvo un día que pudiera ser uno más, pero no. Además de las actividades oficiales de su agenda municipal, estuvo en la Ciudad de México en el Club de Industriales en un encuentro con la presidenta del PRI, Beatriz Paredes Rangel, y el ex presidente de Chile Ricardo Lagos.
Al término de sus actividades, acudió a Chilpancingo al acto que encabezó el candidato de su partido, Manuel Añorve Baños que al presentarlo advirtió que “en esa posición en que estaba él como –juega la gubernatura próximamente—pronto verán a Manuel Martínez Garrigós”. No es ninguna premonición, algunos ya lo observamos, sólo es cosa que los jurados enemigos semi-ocultos en su mayoría y abiertos que hacen tarea política y de drenaje para aquéllos, pero sobre todo él que, no queda otra, tiene que cuidar cada uno de los pasos que da, las palabras que dice, y las condiciones naturales de una sucesión, lo permitan.
No tenemos registro de un alcalde en los últimos 20 años que haya sido tan severamente golpeado por todo tipo de medio como Martínez Garrigós. Si no lo creen, revisen. Son acciones con estrategia que hace muchos meses hemos descrito. Existe colusión de quienes ya hemos mencionado y otros que ayer lo dejaron un rato, cuidando como estaban el evento en el Auditorio Nacional de los 10 años del Partido Acción Nacional en el poder federal. En lo que ha sido el informe de gobierno más pormenorizado del presidente Felipe Calderón, con cobertura de medios que, lo sabemos, no es gratuita.
En la cita con el ex presidente Ricardo Lagos y Beatriz Paredes Rangel, el alcalde de Cuernavaca conversó con Lagos, un opositor férreo al régimen golpista y dictatorial de Augusto Pinochet, que conserva buenos y bellos recuerdos de Cuernavaca. Rememoró las ocasiones que estuvo aquí por invitación de su amigo don Antonio Ortiz Mena, “un lugar maravilloso, excepcional”, fueron parte de los elogios del ex presidente Lagos para nuestra ciudad capital. Se habló de las actuales condiciones que envuelven al país entero y que no dejaron a Cuernavaca fuera de su negra agenda.
Fue oportunidad, asimismo, para echar por tierra la construcción de ideas como que Beatriz paredes trae conflictos con su presidente de Cuernavaca, producto del proceso intenso, largo, que vivió el PRI para renovar su dirigencia estatal. No hay tal. El trato de Paredes fue el de siempre cariñoso con Manuel, incluso con muestras de afecto que le celebraron los demás asistentes. No estaban los tres, obviamente. La presidenta del PRI llamó a la mesa a tres gobernadores: el de Chihuahua, César Duarte; el de Veracruz que ya culmina su gestión pero es un activo priista de primer nivel, el negro Fidel Herrera Beltrán, que hará mucho ruido en adelante en la operación política de la sucesión presidencial 2012, y el joven mandatario de Campeche, el que a los 30 años de edad rompió con el obsoleto candado de tener más de 35 años de edad para ser nominado al cargo. Su asunto causó jurisprudencia a través de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Asistieron asimismo mujeres y hombres del PRI que han recuperado ciudades capitales de manos del Partido Acción Nacional y algunos, al igual que en Cuernavaca, tienen gobernador panista. Varios de éstos, si no es que todos, han entrado en la zona de fuego que estrategas que no desean perder el poder completo desde la Ciudad de México y a través de sus gobiernos estatales y estructuras estatales hacen campañas a través de diversas empresas a su servicio, que es el caso de Cuernavaca. También de ello se habló.
Estaban alcaldes de Ecatepec, de Metepec en el Estado de México; de Tlaquepaque, Zapopan, Puerto Vallarta y Guadalajara en Jalisco, y de Cuernavaca.
Dirían los políticos, “le fue bien” en el DF. Pero es necesario anotar un punto real y a la vista del alcalde de Cuernavaca: ya es de los llamados políticos nacionales, rango que no cualquiera obtiene. Cuenta con la relación y respaldo de los gobernadores priistas que lo tienen plenamente identificado, de su dirigente Beatriz Paredes que ha quedado satisfecha con su proyecto cuyo mayor obstáculo era su juventud. Ha cuajado y tienen los priistas morelenses un puntero en la búsqueda de la gubernatura que, como lo marcamos cuando jugaba para ganar Cuernavaca, solamente robándolo.
Pero es importante subrayar que será él, su resistencia, la cohesión de fuerzas que ya tiene sobre sí, quien marque su futuro inmediato. Estamos justo a un año con siete meses de la elección, así que la olla comienza a hervir. Y nos encontramos a 22 meses del cambio de gobierno en Morelos. Dirían en mi pueblo: ya casi se acabó el nixtamal.