En una palabra: la autoridad municipal va a seguir prestando el servicio. El pleito legal entre la empresa y el Ayuntamiento sigue en otros rubros. Creemos que el siguiente será la validación o no de la concesión. En tanto, el primer asalto, digamos que “en su propia casa”, lo han perdido.
Hace un semestre se desató la tempestad entre PASA y la administración de MMG y parecía que la decisión del alcalde además de temeraria y suicida, no tenía sustento jurídico y era su fin. A ello había que agregar la estrategia que desde diversos frentes le plantearon al político hijo de José Manuel y Socorro. Así que todo se dirigía a una debacle política que terminaría por fulminarlo. Pero más allá de la figura del presidente de Cuernavaca, lo que aparecía encima era la oportunidad dorada de todos los adversarios y enemigos de MMG por quitarlo en la carrera sucesoria por la nominación al gobierno de Morelos en estos meses que siguen. Otra vez, la intensidad de las batallas legales y políticas libradas le auguraba el peor de los escenarios.
No ha sido miel sobre hojuelas; al contrario, es evidente que la figura del mandatario municipal ha sufrido desgaste, pero en el análisis frío, a los seis meses de abiertas las hostilidades, con todo lo que podría haberse dicho, con toda la artillería recibida, la condición físico-política de Martínez parece buena, lista para lo que viene. Vienen las batallas decisivas. Lo que tiene en contra MMG, es su posición de priista con cargo de más relevancia y, por ende, mayores riesgos. Es también su hándicap a favor. Lo han tundido, más con el hígado que con razones; han habido algunas, varias, donde la gente tiene la razón y debe reconocerlo. Ha enmendado en lo que toca al impuesto predial, que debe haberle costado varios puntos de porcentaje pero la corrección pudo regresarle parte. Enfrenta la avenida Morelos Sur que sus colaboradores deben dejar lista el día y la hora señalada, lo del Colegio Militar en Buenavista que a la vista es una obra de alto impacto. Lo está haciendo en tiempo y forma para recibir improperios si fallan o felicitaciones en caso que funcionen. No al final de su periodo, cuando ya no hay a quien reclamarle. Eso será definitivo en su aspiración inmediata.
El balance a un año con tres meses de gestión debe hacerse con equilibrio, sin partir de los intereses o intenciones de quienes se conocen como sus públicos adversarios, más en lo que la ciudadanía observe. Van 15 meses, legalmente faltan 22 –se corre un mes, en diciembre del 2012 por reforma constitucional--. A partir de ahí tiene que darse la evaluación general. Han sido días, semanas y meses difíciles, con las complicaciones de las condiciones financieras del país, la inseguridad y la estadía en Morelos de altos grupos criminales. Morelos y Cuernavaca no viven su esplendor; sin embargo, es lo que tenemos y se tiene que dar la lucha. No hay de otra.
El asunto del fallo del juzgado en Monterrey puede ser considerado políticamente lo que en el fútbol es un “Maracanazo”, porque fue en la cancha que escogió la empresa PASA y en su propia sede y casa, la ciudad de Monterrey. Claro, faltan otros puntos vitales del gran pleito (que no es cosa simple. En juego hay muchas cosas de alto costo), pero el primero justifica al Ayuntamiento actual por tomar el paso, a Martínez Garrigós por evadir la comodidad del silencio y rifarse incluso la carrera echando de regreso a una empresa a la que le dieron todas las concesiones (no sólo la legal), sino la armaron de pies a cabeza con dinero de los ciudadanos de Cuernavaca. Hablamos de inversiones, terrenos, camiones, personal, recursos, lo que no imaginamos.
Muchas, muchísimas gracias…
En la familia inmediata del que escribe vivimos días tristes, inenarrables, que sólo aquellos que por desgracia lo han sufrido saben qué queremos decir. La pérdida de Francisco Javier Jaramillo Ceballos, hijo mayor del columnista, es un tema que nunca hubiésemos querido compartir en este espacio tan acostumbrado a dar cuenta de decesos de amigos queridos o personajes de la vida cotidiana de Morelos.
Muchos amigos, paisanos, compañeros, han alentado a la familia. Hasta ayer abrimos el correo por razones obvias de atender, como lo seguiremos haciendo, de manera cercana a los nuestros. El dolor por el adelanto de Kiko es mejor llevado por las múltiples muestras de solidaridad y cariño de ustedes, todos amigos. La justicia hace su parte. Nosotros nos juntamos en espera de la resignación y que se atrape y juzgue a los responsables.
No hay tiempos para que el corazón alimente otra cosa que no sea amor por los que aquí están y compromiso con el que nos espera allá, acompañado por su mamá y los que se nos han adelantado. A todos, muchas gracias. Sus correos, llamadas, encuentros son alimento para nuestras almas. En tanto, la vida sigue y hay que enfrentarla.