la edad reglamentaria para buscar el gobierno. Ha quedado con 30 años y un día, no los 35 que marcaba el 58. ¿Traje a la medida del priista? Cada quien lo puede interpretar como lo desee, pero en esta nueva ley se benefician los otros principales aspirantes, los senadores Graco Ramírez del PRD y Adrián Rivera Pérez del PAN. De ahí que no hubiese ninguna resistencia legislativa. Así, como se vio, pareció natural no obstante el entretejido de la política y los que la practican operándola.
Legalmente el 58 estaba vulnerable a partir de que el hoy procurador Pedro Luis Benítez Vélez en su condición de magistrado electoral falló a favor de que contendiera la candidata priista a gobernadora en el 2006 Maricela Sánchez Cortés que no nació en Morelos pero su padre sí. Y Maricela tenía tanto derecho al criarse, formarse y hacer su vida en esta tierra. El magistrado Benítez apeló “a la ley mayor” que es la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 116 que permite a cualquier ciudadano mexicano con residencia legal a ser candidato donde viva. Obviamente que en su momento se le criticó fuerte al abogado cuautlense por ser precisamente su mentor profesional, administrativo y político el gobernador Antonio Riva Palacio López quien en su tiempo defendiera la oriundez como requisito moral –y legal, claro— para ser candidato a la primera magistratura. Dicen por ahí que a Benítez hubo quien le reclamara “la muerte del 58”. Ya desde esos cercanos días, Morelos y dos entidades federativas más conservaban esa condición legal, uno de ellos, Campeche hace año y medio lo quebró a la mitad cuando la justicia federal mediante un proceso permitió al candidato del PRI a gobernador que apenas rebasaba los 30 años competir. Hoy es el gobernador de esa bonita tierra del sureste mexicano. Existe entonces antecedentes que no obligaban la velocidad de reformar el 58, pero era urgente que lo hicieran lo más aseado posible.
Se va a cuestionar el tema, es natural; sin embargo, a los que más con el corazón y el espíritu regionalista que con razones legales defendimos el 58 (un político que no llenaba ese requisito llamó al que escribe “chovinista recalcitrante”) nos queda solamente el consuelo que, en su momento, hicimos lo que creímos. Hoy, todo eso es historia.
Sí, la figura de Manuel Martínez Garrigós campeó sobre el escenario legislativo, porque si bien morelense nativo y por generaciones, no tenía la edad legal para aspirar a ser candidato aun con el recurso del antecedente de Campeche a su favor en caso de necesitarlo. El “gancho” de la oriundez que sí obliga a Graco Ramírez y Adrián Rivera Pérez, era eso, la finta para ir en la búsqueda de las letras más chiquitas: la edad para ser candidato a gobernador. Otro elemento que fortalece el porqué del intenso cabildeo de días pasados es que cada uno de los que reciben su traje confeccionado conoce el estado de las preferencias actuales y desean apurarse. Éstas, según los profesionales en la materia, muestran en la cabeza con ventaja considerable al alcalde Martínez Garrigós no solo en su partido, sino de cualquiera de los demás. Incluso, otros priistas están encima de Graco y Rivera. Urge entonces que sin ningún candado legal, los no nacidos y el que no daba la edad emprendan el tramo sinuoso de la carrera gubernamental.
Hace unos dos años y fracción en esta columna anotamos que en Cuernavaca a Garrigós sólo robándolo le ganaban; poco después que ni robándolo. No obstante, los cuadros que se han formado, multidisciplinarios, en algo así como Todos Unidos contra MMG, emprendido de origen por una disputa comercial, económica pues, el joven alcalde “va mano” y lo de ayer seguramente mientras observábamos en las últimas semanas los detalles de la oriundez, el asunto de la edad como que se olvidaba. Parece que será más complicado pero si tiene la capacidad de conservar el puntaje, Morelos tendrá un gobernador que no cumpla 35 años, apenas de 34.
El Negro en el arroz
Víctor Saucedo Perdomo es un hombre experimentado en la política que sabe qué y no hacer. Ayer apareció la figura del hombre que hace daño a su jefe. Como subsecretario de Gobierno con don Jorge Carrillo Olea, no entregó buenas cuentas y el punto mayor fue el Club de Golf en Tepoztlán. Tiene oficio pero le gana su protagonismo. Ayer se mostraba como “El Gran Operador” del 58 paseándose cual torero de escándalo, fiel a su estilo. Imprudente, gusta de atravesársele al alcalde y de hacer lo que parece. Algo le sucede a Saucedo que sufre un retroceso que dejará trunca su carrera política, últimamente bastante atropellada. Si en verdad busca ayudar a su patrón y amigo –como lo asegura aunque hace todo lo contrario y parece premeditado— que se ponga a trabajar y deje las pasarelas para modelos profesionales, muchachas guapas de preferencia. O cambia su estilo o se queda estacionado sin posibilidad alguna de avance. No es una persona que caiga bien a los demás por naturaleza; sin embargo, en algún momento fue un operador político eficiente. Que regrese por sus fueros y se haga útil. No que genere problemas en el entorno del hombre que lo rescató. Esto es una apreciación personal un tanto mesurada para lo que realmente creemos debe hacer Saucedo Perdomo y, por supuesto, se tiene que escribir.