De José Silva Bandala
Estimado amigo:
Respecto a este tema, a mí me parece que no era una necesidad de los morelenses y sus ciudadanos que esto cambiase o no, más bien es un asunto sólo de la competencia de los tres actores beneficiados directamente: Graco, Manuel y Adrián.
A pesar de no ser de aquí, en términos de nacimiento (yo no estaba a favor de cambiar el 58) me parece que la reforma constitucional debió ser promovida por los ciudadanos y sí –ya sé que seguramente cruzará por tu mente que nuestros representantes populares nos representan en el seno del Congreso, pero Javier, ¿no estimas que debieron hacer alguna consulta en sus lugares de representación y así, cuando menos, meternos el dedo en la boca y justificar su chamba?--.
Regreso a mi comentario anterior de otra columna tuya: nuevamente ya nos dijeron a todos los ciudadanos quiénes son y serán los que jugarán para la gubernatura? Así de claro es.
¿Y nosotros qué? ¿No contamos? ¿No habrá más personajes políticos y empresariales o simplemente ciudadanos comprometidos con el Estado a los cuales podamos apoyar? ¿Por qué nos tenemos que conformar con lo que ellos (Graco, Adrián y Manuel) han decidido?
¿No seremos capaces, Javier, primero de definir qué clase de Estado queremos, qué infraestructura necesitamos, qué servicios requerimos? En fin. Y entonces sí, en base a ello buscar el mejor perfil para que nos conduzca a lo que previamente “los ciudadanos” hemos decidido y definido.
¿Qué no habrá más de qué echar mano, Javier? ¿No podemos ser capaces de ir construyendo nosotros lo que queremos para Morelos? Hoy las redes sociales crean figuras y la sociedad decide si la sigue o no ¿No podemos hacerlo, Javier? ¿Qué de plano será huevo con chorizo, chorizo con huevo o huevo a huevo?
¿Qué no seremos capaces los ciudadanos de darle un golpe de timón a este barco, a este Estado y ser nosotros los que definamos el rumbo y después contratar al capitán?
No sé, me parece que somos demasiado pasivos. Estoy seguro que a algunos morelenses se “les prenderá el foco” y harán lo que muchos de nosotros hemos sido capaces de hacer: dejar y permitir que hagan con nosotros lo que quieran.
Con mi cariño de siempre:
Pepe Silva Bandala.
De Javier Hernández Ruiz
Quererle corregir la joroba a un camello es imposible. No creo que Saucedo atienda sus recomendaciones, mejor recomiéndenle a MMG que lo tenga aplaudiendo para que tenga las manos ocupadas, sino se va a arrepentir por su gran proclividad al dinero. Ojo y al tiempo.
De Judith Moctezuma Muñoz
Llegué niña a Cuernavaca, pero tengo presente el gobierno de Lauro Ortega Martínez, que según me entero no nació en Morelos y la gente de aquí asegura que ha sido el mejor gobernador que hemos tenido. Yo soy morelense sin necesidad de haber nacido, pero ahora sé que puedo ser candidata a gobernadora, ¿por qué no? A partir que en el canal del Congreso vi la sesión del miércoles donde reformaron el artículo 58 de la Constitución Local. Soy lectora de “Prohibido Prohibir” desde hace muchos años. He seguido su rumbo y hoy adquiero en mi puesto de revistas “La Unión de Morelos”. Hay temas que no me gustan, pero este me interesa en lo particular, porque hace años tocaban este asunto de una manera apasionada –en tu columna, eras de los defensores que no gobernaran fuereños--, allá a principios de los 90’s que era gobernador Riva Palacio. ¿Me pregunto, te pregunto a ti y si publicas mi comentario lo hago a los lectores de PP?: ¿Cuántos gobernadores han sido nativos y en qué se han distinguido?
En el grupo al cual pertenezco (del Partido Revolucionario Institucional) realizamos ejercicios políticos, cuaderno en mano, hoy mismo lo hicimos y sacamos conclusiones que dejan mal parados a los aquí nacidos. Norberto López Avelar (1958-1964), Jorge Carrillo Olea (1994-1998 que pidió licencia dos años antes de su mandato), Jorge Morales Barud y Jorge García Rubí (gobernadores sustituto e interino, el primero dos años y el segundo cerca de tres meses) y Sergio Estrada Cajigal, son los únicos que no se duda nacieron en Morelos y, sinceramente, no trascendieron. Los últimos del PRI quizá por el corto tiempo, pero hemos visto como privilegian “el hueso” encima de principios como Morales Barud, que no sabemos si de verdad regresó al PRI, si va a ser candidato del PAN como dicen o de una alianza. Es, como dirían en su natal Puente de Ixtla, “de chile y de manteca”. Emilio Riva Palacio Morales (1964-1970) nació en el Estado de México; Felipe Rivera Crespo (1970-1976) en Iguala, Guerrero; Armando León Bejarano Valadés (1978-1982) en el Distrito Federal; Lauro Ortega Martínez (1982-1988) en el DF también o en Hidalgo, no se precisa; Antonio Rivapalacio López (1991-1994) en el Estado de México y el actual, Marco Antonio Adame Castillo en Puebla o Oaxaca, según dicen.
La coincidencia es que el de mejor trabajo y obra es del doctor Lauro Ortega Martínez, que Emilio Riva Palacio creó la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca, que el ingeniero Felipe Rivera Crespo la infraestructura hidráulica con el sistema Las Estacas. De los demás nada bien se sabe, pasaron de noche. El artículo 58 a partir de su reforma ha sido violado, por eso mejor que se haga esta reforma, ay que los políticos jueguen limpio en la carrera por el gobierno. En mi partido confiamos que vamos a ganar, no con cualquier candidato, debe ser una persona preparada para hacerlo, un estadista, con trayectoria y comprometido para sacar a nuestro estado del pantano en que lo han tenido el PAN. No es posible que en 10 años tengan a Morelos como nos encontramos, con pánico y sin certidumbre.
Si nació aquí o no el que gobierne Morelos es lo de menos, importa que cumpla con el mandato de regresarnos la tranquilidad que en gobiernos como el de Lauro Ortega Martínez. No es casual que la gente madura de Morelos lo conserve en alta estima y los que llegamos niños estemos impregnados de su obra. Me extiendo porque este correo lo hacemos varios miembros del grupo donde revisamos la vida pública. Somos priistas, pero no tendríamos empacho en reconocer el trabajo de los gobiernos panistas, pero no hay nada que reconocerles y menos agradecerles. Por lo tanto, exigimos un gobernador talentoso y comprometido, aunque haya nacido en Mérida, en Ensenada o en Cuernavaca. Que sea bueno, nada más por favor. Muchísimas gracias