Tenemos en el mundo, una connotación negativa de la palabra viejo. Hemos desvalorizado mucho la edad, cuando solamente hoy se habla de jóvenes, de juvenil, de ganar. Hablamos de la vejez con un significado muy peculiar: la primavera es la aparición de la vida, de nueva vitalidad; el verano es la plenitud de la vida; el otoño es lo colorido, tiempo de cosechar, y el invierno, la paz y el descanso que hacen posible la aparición de una vida nueva. Si sabemos que cada estación del año tiene un significado especial, también cada etapa de la vida tendrá lo mismo, ¿o no?
Decimos y hablamos del otoño, del tiempo de las cosechas, que es cuando las personas somos verdaderamente adultas, disfrutamos de los placeres de la vida, de nuestro crecimiento positivo, de la madurez, y especialmente, del desarrollo de la perfección.
¿Cuál será el secreto en el arte de envejecer? Porque muchas personas comienzan a sentir el peso de los años, piensan que ya no son tan creativos, que no tienen tanta energía como cuando eran jóvenes, que tienen muchos déficits y no lo ven como que, solamente, se tienen algunas pérdidas físicas, pero que podemos optimizar otras habilidades y fortalezas.
Pensemos en “solo se vive una vez”, sólo tenemos una vida, y esto no es para angustiarse, no es una catástrofe el envejecer, debemos aprovechar cada momento como si fuera el último, pero de una manera positiva, no complicarnos la vida.
El arte de envejecer precisamente es un arte de cómo vamos envejeciendo.
A lo largo de nuestra vida nos vamos desarrollando, estamos envejeciendo desde que nacemos, nos vamos dando cuenta de cómo pasa el tiempo, a veces pensamos que pasa demasiado rápido cuando, como padres, vemos que nuestros hijos dejaron de ser bebés, y van al colegio, a la primaria, a la secundaria, después están ya en la preparatoria y de repente, un día, estamos en la graduación en la universidad, compartiendo su triunfo, sintiéndonos muy orgullosos de la vida que les hemos dado, pero, ¡qué rápido pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando le daba su biberón, cuando lo cargaba en mis brazos, cuando…. tantas y tantas anécdotas, pero sí, el tiempo pasa, como si se derritiera en nuestras manos.
Debemos aprender que la vida es un cambio desde nuestro comienzo. Al avanzar en edad, percibimos el ritmo de su paso a velocidad acelerada por sí misma.
La verdad es esta: la manera de percibir el tiempo cambia a lo largo de la vida, cuando somos pequeños y sabemos que se acerca nuestro cumpleaños, se nos hace eterno esperar para la fiesta de cumpleaños, para los regalos. O hacemos comentarios de: los niños tienen todo el tiempo por delante, van hacia el futuro.
En el caso de nuestras personas adultas mayores, tienen un gran pasado, cargado de vivencias, de experiencias. Ellos esperan menos del futuro, y como, generalmente, viven del pasado, pasa más rápido el presente y al futuro normalmente no le dan la importancia que pueda tener. Aunque algunas otras viven totalmente el presente y piensan den cómo van a pasar este día, esperando que la vida tenga algo nuevo que ofrecerles en este día.
Invitamos a todos nuestros lectores, a vivir el ahora, el aquí, el presente, dejemos atrás el pasado y el futuro llegará como tiene que llegar. Disfrutemos de nuestra pareja, de nuestros hijos, los que tengan nietos.
Son afortunados los que hoy dicen: Cumplo 60, porque no todos tienen esa oportunidad. Continuaremos…
Les recordamos el inicio del diplomado para el aprender a ser cuidadores de personas adultas mayores. Informes al 2303299, con la Dra. Rocío Magallón, para empezar el sábado 11 de junio.
Asimismo, nuestra junta de la Red de Personas Adultas Mayores, el próximo martes 31 de mayo a las 10:00 hrs. en el espacio de la Comisión de Derechos Humanos, en Galeana 35 colonia Acapatzingo.